La Audiencia de Málaga condenó a cinco años y tres meses de prisión al ex director de una sucursal bancaria que ocultó a dos matrimonios las operaciones que realizaba con sus inversiones, enviádoles documentación falsa, para quedarse con el dinero. Así, se le condena por un delito continuado de apropiación indebida y por falsedad en documento mercantil.

Según se declara probado en la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el acusado comenzó a prestar servicio en el banco en 1985 y en 1992 fue nombrado director de una sucursal que tenía la entidad en la capital malagueña, puesto que desempeñó hasta marzo de 2006.

Tras su salida, señala la resolución, se detectaron diversas "anomalías" contables, por lo que la dirección del banco decidió encargar una auditoría, que confirmaron esas "irregularidades económicas" relativas a dos matrimonios, que eran clientes del banco y que canalizaron la relación con la entidad a través del acusado.

El primer matrimonio suscribió pólizas consistentes en planes de ahorro-inversión. El Tribunal señala que el acusado, "valiéndose de su posición en la entidad y aprovechándose de la confianza", canceló y rescató las pólizas anteriormente contratadas "sin el conocimiento ni autorización" de los clientes.

Además, contrató nuevas pólizas "cuya existencia y condiciones les eran desconocidas" a ambos, "manteniéndoles en la creencia de que sus pólizas originales continuaban vigentes, facilitándoles periódicamente documentación mercantil falsa confeccionada por él mismo", apunta la resolución.

En la auditoría se detectaron, señala la Sala, la emisión de al menos 23 cheques al portador vinculados a supuestos rescates de pólizas contratadas a nombre del matrimonio, todos de menos de 3.000 euros, "importe máximo para éste poder cobrar un cheque sin tener que presentar identificación".

Dos de los cheques fueron ingresados en una cuenta del acusado y el resto cobrado en ventanilla por el mismo, según determina la sentencia, en la que se declara probado que "el importe total de la cantidad objeto de apropiación mediante este sistema" ascendió a 62.059 euros.

El Tribunal apunta que llegó a hacer constar como domicilio de las pólizas el de la sucursal o el suyo propio "lo que le posibilitaba la interceptación del correo enviado por el bando de forma automática a sus clientes". Tras dejar de prestar servicio en el banco, no informó al matrimonio, que "continuó recibiendo documentación inveraz".

Además, "confeccionó tres documentos en los que supuestamente figuraban las firmas" de los dos, en los que reconocían que el valor de sus pólizas era de 135.399 euros, y otro escrito en el que se afirmaba que el hombre estaba incapacitado. El banco indemnizó al matrimonio con 1,5 millones de euros.

En el caso del otro matrimonio, la sentencia dice que canceló las pólizas contratadas inicialmente, contratando y cancelando otras nuevas "sin su consentimiento", además de que "distrajo las aportaciones de los clientes hasta cancelar definitivamente la última póliza, consumiendo por completo las inversiones".

En 2006, se indica, se reunió con el matrimonio, al que le proporcionó un estado de cuentas con un saldo de 520.000 euros, aunque al hablar con personal del banco se percataron de que el valor real de su inversión era cero "pues hacía años que no constaba ninguna póliza a su nombre en vigor". La indemnización ha sido de 200.669 euros.

El Tribunal concluye que el acusado, "con la finalidad de lucrarse ilícitamente a costa ajena, dando apariencia de legalidad a su actuación mediante la confección de documentos mercantiles falsos y por consiguiente inveraces, distrajo y se apropió de cantidades de dinero cuya administración tenía legítimamente".