Ropa vieja que ya no se usa, aceites ya usados, juguetes estropeados, material escolar pasado, medicinas que ya no son necesarias, toners vacíos o incluso radiografías, motores y máquinas de coser. En todas las viviendas hay al menos una de las cosas mencionadas, pero lo que la mayoría no sabe es que con ellas se puede ayudar a las comunidades empobrecidas de Perú y Latinoamérica, además de ayudar a preservar nuestro medio ambiente.

El procedimiento es muy sencillo. La ONG Madre Coraje se encarga de recoger todo aquello que ya es innecesario y lo convierte en ayuda humanitaria. ¿Cómo? A través del reciclaje, proyectos de desarrollo sostenible y educación para una cultura de solidaridad. El principal objetivo es enviar a Perú todas aquellas donaciones que aún se puedan aprovechar, como ropa etiquetada, medicamentos, alimentos, material escolar, maquinas de coser, sillas de ruedas, coches de bebés, cunas o menaje de cocina. Pero aquellos que se consideran residuos se venden a través de convenios que tiene la propia organización con otras empresas para poder obtener fondos. Éstos, que son fondos propios, suponen el 70% del total. El resto, el 30%, procede de subvenciones.

Con este dinero se financian el resto de proyectos de desarrollo y ayuda humanitaria destinados a Perú, donde se multiplica por trece el dinero que se manda, ya que un euro en España toma valor de 13 euros allí.

Aceite y ropa reciclada

El reciclaje de aceite, por ejemplo, es uno de los que más beneficios proporciona. Con las cantidades recogidas, se están fabricando 8.000 kilos mensuales de jabón, que es de mucha importancia para cubrir las necesidades de las poblaciones empobrecidas de Perú, ya que se utilizan para despiojar y desinfectar sobre todo en orfanatos. La recogida se realiza a través de asociaciones y comunidades de vecinos, peñas, parroquias, restaurantes y freidurías, entre otros. En Málaga, hay 70 contenedores para este fin repartidos en la vía pública. Con este aceite recogido se procede a la elaboración de jabón en una fábrica que Madre Coraje tiene en la sede gaditana de Jerez de la Frontera. En relación, por la venta de excedentes en la delegación de Málaga para reciclar en biodiésel se han conseguido unos ingresos de 18.647,80 euros.

El reciclaje de ropa es una campaña que Madre Coraje puso en marcha en Málaga en enero de este año. El objetivo es evitar el vertido de este residuo urbano, dándole una segunda oportunidad a las prendas recuperadas, reutilizándolas en su estado actual, o reciclándolas, utilizando la lana y el algodón como materia prima para la elaboración de otros productos. De esta forma, en la capital se han recogido unas 80 toneladas de ropa usada.

Así, la ropa que está etiquetada se recibe directamente en la sede de Madre Coraje en Málaga, situada en calle Tácito número 1, en la zona de El Cónsul. Ésta se envía en forma de ayuda humanitaria a Perú y la ropa ya usada se introduce en los contenedores que la asociación tiene distribuidos por Málaga. Por el momento, hay 12 contenedores en la capital y el gerente de la asociación, Fernando Almaraz, asegura que en breve habrá 12 más y en septiembre se esperan otros 10, «desde Campanillas hasta El Palo, y desde el litoral hasta Puerto de la Torre, con la idea de que haya 100 en total».

Para fomentar esta recogida, se han distribuido 59.000 bolsas alusivas para facilitar el transporte y su depósito.