La noticia llegó a todas las redacciones españolas la tarde de ayer: el presidente de EEUU, Barack Obama, y su familia se disponían a disfrutar de cuatro días de sus vacaciones, entre el 4 y el 8 de agosto, en la Costa del Sol. Pero con el impactante titular también llegaron las incoherencias, las matizaciones, incluso las confusiones propias de las informaciones de este calado, las referidas en este caso al hombre más poderoso del mundo, no avaladas por la Casa Blanca.

Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la esposa de Obama, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha, además de amigos de la familia, se alojarán en cerca de 35 habitaciones del Hotel Villa Padierna, en Benahavís –otros complejos hoteleros de la zona acogerán a miembros de la delegación presidencial–. La reserva se lleva gestionando «bastante tiempo» y, desde hace unas semanas, el lujoso establecimiento, considerado uno de los 30 mejores de todo el mundo, acomete labores de pintura y mejora de sus accesos para ofrecer su mejor cara a los Obama. ¿Para todos los Obama? Ahí empieza el problema: mientras un alto funcionario de la Casa Blanca aseguró ayer a la Agencia EFE que «el presidente no tiene planes para ir a España en agosto», fuentes de la Administración de EEUU consultadas por Europa Press apuntaron que sí se desplazará a la Costa del Sol pero que «no permanecerá todos los días con su familia». Coincidencia o no, el 4 de agosto es el cumpleaños de Barack Obama, quien bien podría entonces celebrar su cuadragésimo noveno aniversario entre nosotros en la que sería su primera visita a nuestro país como mandatario –dicen los que le conocen que atesora gratísimos recuerdos de su estancia juvenil en Barcelona–.

Precisamente, éste, el cumpleaños, es el indicio más a favor de la visita presidencial. Sería la guinda a un fin de semana de ensueño en la Costa del Sol, de los que hacía tiempo que no se producían: el 7 de agosto, con los Obama en nuestra tierra, Marbella acogerá una gala solidaria presentada nada más y nada menos que por los actores Eva Longoria y Antonio Banderas. Todo un lujo.

Argumentos en contra de la presencia de Barack Obama, bastantes, como las razones aducidas por el alto funcionario antes mencionado: el presidente tiene previsto en la primera semana de agosto visitar una planta de la firma Ford. Además, entre el 3 y el 5 de agosto Obama será el anfitrión de un foro de jóvenes líderes africanos, al que asistirán al menos 120 representantes de 40 países del continente; quizás a partir del día 6 su agenda se vuelva marbellí. No debemos olvidar tampoco la mala prensa que genera a los presidentes de EEUU que éstos abandonen su país para irse de vacaciones. Este periódico se puso en contacto con el departamento de prensa de la Casa Blanca, desde donde no se hizo ningún comentario al respecto de estos planes vacacionales.

Otro alto funcionario de la Casa Blanca dijo además a EFE que no vendrán las dos hijas de los Obama, sino sólo la pequeña, Sasha, de 9 años. Su hermana Malia, de 12, estaría en esas mismas fechas en un campamento de verano.

Reyes

De otro lado, fuentes diplomáticas internacionales confirmaron ayer a diversos medios digitales que Barack Obama tendría previsto, durante su posible estancia en la Costa del Sol viajar también a Palma de Mallorca para visitar a los Reyes y a los Príncipes en el Palacio de Marivent; venga o no el presidente, su esposa e hijas también tienen en sus agendas este desplazamiento. No se descarta tampoco que el presidente de EEUU mantuviera también un encuentro con su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, al que le debe una cita tras cancelar la cumbre entre la UE y EEUU que se iba a celebrar en Madrid.