«Hace 25 años, más de cien ponis bajaron desde el Puerto de la Torre hasta aquí por la realenga, vino hasta la guardia civil, pero los dejaron pasar», explica Fernando Martín, presidente de la asociación de vecinos de Colmenarejo.

Desde hace más de dos años esta histórica realenga, que durante siglos ha comunicado Almogía con Colmenarejo, está cortada por una valla que los vecinos calculan en kilómetro y medio de largo. Se trata de la valla que limita los nuevos terrenos del vertedero municipal. Como denuncia la asociación de vecinos, las obras se han apropiado de parte de este camino, impidiendo a los vecinos acceder a la antigua dehesa de Garnica, adquirida en 1997 por el Ayuntamiento con el deseo de convertir sus 2,5 millones de metros cuadrados en parque forestal.

«El otro camino que hay es mucho más duro y además es privado», cuenta Miguel Gutiérrez, vicepresidente vecinal.

La antigua dehesa de Garnica está coronada por los restos de una torre con espléndidas vistas de Málaga. «Se ve hasta el Palo», cuenta Miguel. Era tradición de los vecinos acudir a este punto el día de los fuegos artificiales de la Feria y el año pasado, el Ayuntamiento les dio permiso para pasar. «Pero se olvidaron de abrir la otra puerta y tuvimos que echarla abajo».

«Este es el único sitio que hay para andar porque por la carretera la gente le teme a los coches; ahora ni los colegios pueden subir a la torre, se vuelven», lamenta Miguel Gutiérrez, que señala una zanja hecha en mitad de una cuesta para impedir también el paso de los coches.

El vicepresidente cuenta que llegó a tener la promesa del concejal de Campanillas, José Hazañas, de arreglar el asunto: «El año pasado me dijo que si para la Feria de Agosto seguía la alambrada él la quitaba, y ya lleva dos años y va para tres».

Como explica, hubo incluso una moción del grupo municipal socialista pidiendo una solución pero no fue aceptada.

Además, el Ayuntamiento aprovechó para transplantar tras la valla numerosos algarrobos y olivos, algunos de los cuales se han secado. «Este algarrobo tiene de 150 a 200 años y ya sirve de leña», señala Fernando Martín. Miguel Gutiérrez apunta que «luego, Medio Ambiente, por coger un espárrago te mete en la cárcel, mientras señala que valla, además de cortar la realenga, ha metido en terrenos del vertedero una línea de gasoducto.

Para el presidente de la asociación de vecinos la solución es fácil de conseguir: «No queremos hacer daño a nadie, sólo que la gente pueda entrar paseando, por eso no pedimos que quiten la alambrada, aunque sea una realenga, sino que nos hagan un camino al lado. Eso vale tres pesetas con un bulldozer», recuerda.

Al caer la tarde, decenas de vecinos de Colmenarejo dan paseos por esta zona, pero desde hace un par de años, tienen cortada la entrada a un parque comprado por el Consistorio. En este barrio nadie se explica la actuación.