Poco se sabe en el barrio de una pareja británica que llegó a la Costa del Sol hace apenas seis meses. El lugar elegido como nuevo lugar de residencia era el edificio Altavista, en la urbanización Torremuelle del municipio de Benalmádena. Allí, sobre las dos de la mañana de la madrugada de ayer, una mujer salió de su apartamento pidiendo a gritos auxilio a los vecinos. En una puerta cercana a la suya, al igual que en buena parte del rellano, dejaba huellas de sangre mientras exclamaba que su marido estaba gravemente herido.

La propietaria de esta segunda vivienda, también británica, y dos vecinos más asistieron a la mujer, pero en cuestión de segundos llamaron a la policía tras comprobar que el suelo y las paredes de la vivienda estaban cubiertas de sangre. Minutos después, varias patrullas de la Policía Nacional de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena y los servicios de emergencias sanitarias se presentaron en el lugar de los hechos y comprobaban que C. D., un británico de 57 años, yacía desnudo y sin vida en el salón de la vivienda con una profunda herida en el cuello. Este hombre, natural de Sunderland, una pequeña ciudad localizada al noreste de Inglaterra, había muerto desangrado.

Los médicos sólo pudieron certificar el fallecimiento del hombre y dejar paso a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta y a la policía científica, quienes después de una inspección ocular de la vivienda comprobaban cómo el fallecido había dejado una reguero de sangre procedente del dormitorio. Si bien la mujer declaró inicialmente que tres hombres habían asaltado la vivienda y habían asesinado a su marido, fuentes de la investigación apuntaron que los agentes desmontaron esa hipótesis poco después de encontrar en el fregadero de la cocina un cuchillo con restos de sangre y de comprobar que la ropa interior de la mujer también estaba manchada. Los agentes analizaron ayer si el arma localizada encaja con la herida mortal que sufrió la víctima.

La esposa, detenida

La policía señaló a M. C., de 48 años y también natural de Sunderland, como la principal sospechosa de un presunto delito de homicidio y la trasladó a las dependencias de la Comisaría de Torremolinos en calidad de detenida para instruir el correspondiente atestado policial, que comenzó nada más proceder al levantamiento del cadáver. A última hora de ayer, la mujer continuaba a la espera de pasar a disposición judicial. Hasta ese momento, fuentes de la Comisaría Provincial de Málaga apuntaron que no constaban denuncias previas en el matrimonio por violencia de género.

Por la mañana, los vecinos del edificio Altavista no daban crédito al suceso mientras veían a la policía ultimar los detalles de la investigación en el jardín de la urbanización. Otra de las vecinas consultadas por este periódico declaró que la pareja protagonizaba «discusiones frecuentes» y que apenas los conocía de verlos bajar a la playa sobre las 13.00 horas. «Él bebía bastante y solían pelearse a menudo», comentó ayer otro inquilino.