La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a dos años de cárcel a un obrero que, con el objetivo de cobrar una deuda, trató de amedrentar a su antiguo jefe, encargado de obra del parking público de La Malagueta, disparándole aunque sin intención de herirlo ni de matarlo. La Sala lo ha condenado por un delito de amenazas y otro de tenencia ilícita de armas. Por el primero de ellos pasará nueve meses en la cárcel, amén de otros 14 por el segundo.

Además, el sentenciado deberá indemnizar al agredido en 2.500 euros por la angustia que le generó con su actitud. Tampoco podrá comunicarse con él durante el periodo de la condena.

Según consta en la sentencia, a las 17.45 horas del 23 de febrero de 2007, B. A. E., encargado de obra del parking subterráneo de La Malagueta, «observó la presencia en el lugar de dos individuos a los que conocía de haber trabajado para su empresa». El día anterior, ya había tenido un enfrentamiento con ellos «al reclamarle éstos cantidades que se les adeudaban por sus servicios. Uno de ellos le exhibió una pistola».

Éste resultó ser el acusado F. B. R. V. Así, cogió «una de las reglas metálicas de la obra, mientras que B. A. E. le pidió que la soltara». El primero se resistió a ello e, indica el tribunal en su fallo, alardeó de que llevaba una pistola en la cintura y se levantó el jersey para enseñársela. Acto seguido, le dijo que iba matarle tanto a él como a su jefe. Sin embargo, éste no se arredró y recogió la regla.

Al instante, F. B. R. V. «sacó el arma de su cintura, puso la rodilla en el suelo y disparó un tiro que le pasó muy por encima de la cabeza, yendo a parar la bala a una farola de las inmediaciones». Impactó a 2,60 metros de altura, para rebotar después contra la pared de la plaza de toros. Muy cerca de allí también se localizó la vaina del proyectil.

Una vez conseguido su propósito, el agresor y su acompañante huyeron del lugar de autos. El arma, indica la Audiencia, no tenía licencia ni guía de pertenencia. B. A. E. sufrió una crisis de ansiedad, indica el órgano colegiado.

Lo cierto es que en un primer momento, la Fiscalía calificó los hechos como un supuesto delito de homicidio en grado de tentativa más otro de tenencia ilícita de armas. Por ambos pidió seis años y medio de cárcel, pero la Audiencia entiende que hay que cuestionarse que en el encausado tuviera intención de atentar contra la vida de B. A. E.

«El acusado realizó un único disparo y salió corriendo a continuación, sin insistir, siendo especialmente significativo que la víctima saliera corriendo detrás de él», recalcan los magistrados. Por tanto, no hubo ánimo de matar. De lo contrario, nada le impedía a F. B. R. V. «aproximarse a él, asegurar el disparo y repetirlo, caso de haber fallado», concluye el órgano colegiado.