La familia de Paloma Gálvez, la malagueña de 67 años fallecida en el naufragio de un barco en el sur de Turquía, se personará en el procedimiento judicial abierto «para exigir la depuración de posibles responsabilidades», según informaron a Efe fuentes de su despacho de abogados. Los familiares han designado al bufete Martínez-Echevarría, Pérez y Ferrero para agilizar los trámites, que serán tramitados por el socio de este despacho Ignacio Gordillo, fiscal de la Audiencia Nacional en excedencia, «que tiene mucha experiencia en temas internacionales», según las citadas fuentes.

Este bufete también ha gestionado la obtención de salvoconductos que permitan la salida de Turquía a los familiares, que perdieron su documentación en el naufragio, y tramitará el expediente para certificar judicialmente la defunción de Paloma Gálvez. Parte de la familia que reside en Portugal volvió ayer.

Las fuentes apuntaron que todavía no se han producido inmersiones en el lugar del siniestro para intentar localizar el cuerpo de la mujer, que se hundió con la embarcación en la que viajaba con diecisiete familiares.

Ignacio Gordillo ha señalado en un comunicado de su bufete que «a la situación dramática que supone una muerte en estas circunstancias, se le añade la complejidad jurídica que significa un naufragio en un país extranjero».

Los supervivientes pueden regresar a sus casas desde ayer si así lo desean, después de que recibieran este viernes los salvoconductos para abandonar el país, ya que su documentación se hundió con el barco.

El departamento que dirige Miguel Ángel Moratinos no pudo precisar cuántos de ellos regresarán a España ya que se trata de una decisión «personal». Los turistas son familiares de la fallecida.

Muchos de ellos se encuentran ya en Estambul, donde ayer el cónsul les entregó los salvoconductos. Los diecisiete españoles se encuentran «bien» y no han tenido que ser hospitalizados tras el naufragio, si bien algunos medios turcos hablaban de que una española sí recibió asistencia médica por heridas leves.

El barco Kayhan-9, en el que viajaban, cubría el recorrido entre Mármaris y Fethiye, en el suroeste del país. En su interior se declaró un incendio por causas aún desconocidas. Lo servicios de guardacostas pudieron sofocar el incendio y rescatar a los cinco tripulantes y todos los turistas españoles, salvo a la fallecida, una de las propietarias de la Clínica Gálvez de la capital malacitana, que viajaba acompañada por numerosos familiares.

Un carguero que acudió a la llamada de auxilio también participó en las labores de rescate de los náufragos, y el barco ardió durante varios minutos antes de hundirse. Según fuentes cercanas a la familia, Paloma sufrió un shock debido al fuego y no pudo reaccionar, de forma que las llamas acabaron engulléndola. Los Gálvez habían decidido cenar en la cubierta del barco para celebrar el setenta cumpleaños de su hermana Alicia.