La EMT ha reorganizado la línea 11, que conecta el Centro con El Palo, para simplificar el trazado al dividir en dos las cabeceras de línea. Así, los autobuses terminarán, de forma alternativa, en la carretera de Olías y en Playa Virginia. Este cambio en el tramo final de su recorrido permite simplificarlo, ya que era muy sinuoso para cubrir ambos destinos.

La nueva organización de esta línea, que es una de las más utilizadas de la ciudad, permitirá además reducir la frecuencia de paso de los autobuses a 6 minutos. No obstante, el final del trayecto se alternará entre la Carretera de Olías y Playa Virginia.

En el primer trazado, los autobuses suben la carretera hasta la altura de la entrada del club El Candado, donde dan la vuelta para bajar por el mismo recorrido. En el segundo caso, para llegar a Playa Virginia, los autobuses continúan hasta el arroyo Gálica, bajan por la calle Leopardi y suben por la margen contrario del Gálica, la calle Gutiérrez Mata. Esto supone, en la práctica, dividir en dos el trazado anterior para acortar el trayecto.

Para facilitar este trazado, ha entrado en servicio un nuevo semáforo en la avenida Juan Sebastián Elcano, frente al campo de fútbol de San Ignacio, que lleva instalado un año y medio. Este semáforo permitirá el giro de los autobuses a la Carretera de Olías, directamente desde la avenida de Juan Sebastián Elcano, algo que estaba prohibido hasta ahora.

La peculiaridad de este sistema es que controla el tránsito del carril central y está reservado a los autobuses de la EMT. De hecho, el semáforo permanece siempre en rojo y sólo se abre para permitir el paso de estos vehículos.

El sistema es sencillo y es muy similar al instalando en el control de accesos del Centro. Una cámara de vídeo preparada para reconocer las matrículas se instalará unos metros antes del semáforo. En cuanto identifique alguna de las matrículas de su base de datos, en la que se incluirán los autobuses de la EMT, se pondrá en verde para franquear el paso a estos vehículos. Al mismo tiempo, el resto de los semáforos de la zona pasarán al rojo para dar prioridad al transporte público.

En cambio, si un coche se coloca en el carril a la espera de que el semáforo se ponga en verde, éste seguirá en rojo ya que esa maniobra sólo estará permitida para los autobuses.

Esta es la primera vez que se instalará un dispositivo con cámara vinculada a un semáforo, aunque la empresa de transporte utiliza uno parecido en la calle Pez de Plata. En este caso, sin embargo, la frecuencia del verde se activa por un dispositivo que llevan los autobuses y que envía una señal para el cambio de color.

La instalación del semáforo se realizó a lo largo de 2009 a cargo del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL), que aportó el presupuesto de la obra, que rondó los 132.000 euros.