Las palabras de Lucía Figar sorprenden, y no sólo porque vuelve a poner a los andaluces -y en especial a Málaga- en el ojo del huracán, sino porque su acusación de que en Málaga se venden portátiles de la Junta en los mercadillos es su justificación para no integrar el programa de Escuela 2.0 en la Comunidad de Madrid. Figar accedió a la Consejería de Educación de Madrid en 2007. Dos años antes, Esperanza Aguirre (la presidenta) reclamó sus servicios tras las elecciones de 2004 para que se hiciese cargo de la Consejería de Inmigración. Desde mayo compagina su labor como consejera con la secretaría de Comunicación del PP en Madrid.

Su paso por la cartera de Educación en la comunidad madrileña no ha estado exento de polémica. El escándalo más grave se produjo en 2007, cuando aprobó la privatización del Colegio Miguel Ángel Blanco, adjudicado a una UTE de empresas sin niguna experiencia en el sector educativo. El caso fue llevado a los tribunales, que declararon ilegal esa privatización en diciembre de 2009. Los padres de los 80 alumnos del colegio convocaron diversas concentraciones ante el Ayuntamiento como protesta por la medida.

Figar de la Calle nació el 4 de febrero de 1975 en Madrid. Es licenciada en Ciencias Económicas por CUNEF y desde muy joven ocupó cargos en diversos puestos de Nuevas Generaciones. Actualmente, pertenece a la Junta Directiva Nacional del PP. Está casada desde el 16 de diciembre de 2005 con el también popular Carlos Aragonés, que fuera Director de Gabinete de José María Aznar en su etapa de Presidente del Gobierno español.

Durante la administración de José María Aznar, Figar ocupó diversas secretarías de Estado. En 2000 fue nombrada directora del gabinete del secretario de Estado de Organización Territorial y en febrero de 2003 asumió la Secretaría General de Asuntos Sociales.