El abogado malagueño concede la entrevista poco antes de volar a Palma de Mallorca para ver competir a su hija, la famosa nadadora María Peláez. El entusiasmo y cariño con el que Miguel Ángel Peláez habla de La Concepción se le nota a cada paso, mientras va mostrando las maravillas botánicas del jardín, como las hojas iluminadas por el sol de un joven árbol Ginkgo biloba o la inmensa copa de un viejo plátano oriental.

Esta pasión que demuestra por la Naturaleza ¿de dónde le viene?

Estuve viviendo en Churriana en el campo y con cinco o seis años me vine a vivir a Pedregalejo y conocía el nombre de todo lo que se cultivaba allí: caña de azúcar, alcachofas... y podía distinguir el trigo de la cebada o las plantas silvestres, algo no muy común en un niño de cinco años. Recuerdo que me atraía de siempre y en Pedregalejo estábamos al borde del monte. Siempre cultivé la afición por las plantas.

¿Recuerda la primera vez que entró en La Concepción?

Todavía era de los Echevarría Echevarrieta y vivía un casero. Tuve la suerte de que me trajeran Manolo Martínez Castro, perito agrónomo, y Rafael González Andreu, el primer director gerente del jardín y para mí fue impactante. Esto era una selva, sin los caminos que tenemos ahora. Yo creo que ya entonces me fijé en una cosa que comento a los visitantes que traigo: aquí los árboles tienen todos un tamaño tan grande que no te llaman la atención. En el Ayuntamiento hay dos enormes Strelitzia nicolai (aves del paraíso gigante) sin embargo las de aquí son mucho más grandes, pero están mezcladas con otras plantas de tamaños descomunales y no destacan tanto.

La asociación cuenta con más miembros que la correspondiente del Botánico de Madrid .

A otras asociaciones les llama la atención el número, pero no tiene más mérito que el propio Jardín Botánico-Histórico de La Concepción. No hemos hecho ningún tipo de campaña, la publicidad se hace sola. He traído a mucha gente aquí, sin más ánimo que enseñarles esto y han salido y pedido el impreso para asociarse. Las condiciones son muy buenas, pagamos 30 euros al año y los jubilados 15.

¿Qué actividades realizan?

Los miembros reciben el boletín Ave del Paraíso, tenemos luego dos asambleas al año, la de primavera la hacemos coincidir con la floración de las glicinias y luego la de otoño y un concierto gratuito. Además, si hemos publicado un libro relacionado con el patrimonio botánico de Málaga lo regalamos. Lógicamente eso no lo pagamos sólo con las cuotas, Cajamar por ejemplo es socio honorario y tenemos la colaboración de otros organismos.

Tienen además voz y voto en el Patronato Botánico Municipal.

Con el Patronato y el alcalde tenemos una buena relación. Por un convenio el Patronato nos concedió tener en el consejo rector un miembro que sólo habla en beneficio del jardín. Si la iniciativa viene en nombre de un grupo político o de otro nos da igual. El participar tiene como ventaja el ser oídos en cosas que afectan al jardín.

¿Estrenarán pronto nueva sede en La Concepción?

Estábamos en la Casita del Jardinero que se había quedado pequeña y ahora el consejo rector nos ha cedido por unanimidad la Casa de los Cipreses, que ahora llamaremos la Casa del Almencino, que es un nombre que nos gusta más.

¿Los Amigos del Jardín tienen aparte otras ventajas?

Por esos 30 euros al año, que se pasan en una sola cuota, tienen entrada gratis al jardín y los acompañantes que traigan tienen precio reducido de grupo. Además organizamos excursiones, conferencias, cursos de Botánica elemental y talleres de ilustración infantil: los niños se lo pasan estupendamente aquí, hace dos años, las ardillas estaban sobre los árboles donde estaban los niños y fue el disloque. También organizamos un concurso de pintura al aire libre, otro de fotografía y el Gran Juego Botánico, una gymkana que monta Miguel Ángel Delgado, con pruebas de todo tipo que exigen un conocimiento de las plantas y del jardín y que es para personas de todas las edades organizadas en equipos, aunque no sean socias. ¿Qué diferencia La Concepción de otros jardines botánicos?

La mayor particularidad que tiene es que frente a la parte puramente científica de un jardín botánico, éste tiene además el deber de conservar el jardín histórico original. Por eso aquí hay un equipo de botánicos excelente.

¿Falta darlo más a conocer?

En Málaga hay más afición por las plantas de la que se cree, pero lo que sí hay es un desconocimiento inexplicable del jardín, cuando los no aficionados lo visitan se quedan asombrados porque hay ejemplares magníficos. La nueva junta directiva quiere llevar el jardín a Málaga y Málaga al jardín. ¿Cómo lo llevamos?, una de las iniciativas que tenemos es hacer una exposición de nuestro concurso de fotografías en el área cultural de El Corte Inglés. Además, se da la circunstancia de que el actual gerente del jardín, Alfredo Asensi, es profesor botánico y podemos intensificar el contacto con la Universidad. También queremos invitar a corporaciones, organismos, colegios profesionales y empresas a hacer visitas que podíamos nosotros guiar. Estamos convencidos de que eso puede hacer que el jardín se promocione bastante.

¿Cuándo habrá un camino peatonal desde la parada de la línea 2 de la EMT hasta la finca?

Por ese punto la asociación viene luchando por él y me consta que también los gerentes. Hay sólo 500 metros desde el autobús a La Concepción pero ahora mismo la gente se juega el tipo porque no hay aceras. La asociación propone al Ayuntamiento una solución barata: basta con una acera que a lo mejor es sobrevolando el arroyo Hondo o pidiéndole a la Orden de San Juan de Dios que ceda una parte. Lo que ahora mismo es un peligro se convierte en un paseo agradable con el palacio de los Heredia a la derecha, a la izquierda ves ya La Concepción y al fondo la Hacienda El Álamo y los Montes de Málaga. Y estamos hablando de un tramo que puede costar menos de 200.000 euros.