La crisis económica ha sumido en estos tres últimos años en el olvido a los tiempos de bonanza, pero el balance de la última década arroja un saldo positivo en el crecimiento poblacional de la provincia, que lejos de perder habitantes muestra cifras de récord, especialmente en la Costa del Sol y el área metropolitana. Los datos oficiales del padrón de 2010 revelan que los municipios del litoral han sumado entre 2000 y este año más de un cuarto de millón de nuevos habitantes, 250.000 vecinos más que han cambiado la fisionomía demográfica y urbanística de unas localidades que se han ganado ya la denominación de grandes ciudades.

En esta última década, la provincia ha sumado 330.706 nuevos empadronados y el padrón municipal le da ya 1.609.557 vecinos, un 1,04% más que el año pasado y un 25% más que en el año 2000, cuando aún no se habían alcanzado los 1,3 millones. Estas cifras positivas han sido alentadas por el crecimiento económico que Málaga ha registrado ejercicio tras ejercicio hasta la llegada de la recesión. Se construía mucho y había mucho empleo que repartir, especialmente en el sector servicios y en la construcción, lo que atrajo a miles de personas, nacionales e inmigrantes, en busca de mejor situación laboral y mayor calidad de vida. Ejemplo de ello son localidades costeras como Benalmádena, que prácticamente ha duplicado su población, ganando más de 29.000 empadronados y superando ya los 61.000 habitantes. Tras la capital, con un aumento de 36.942 personas, el crecimiento en números más destacado es el de Mijas, que sumó 34.450 residentes, está por encima de los 76.000 habitantes y ya es el tercero más poblado. Por encima de los 30.000 está también Marbella, que ha seguido atrayendo a población pese a vivir unos años convulsos, y superan los 20.000 nuevos vecinos Estepona, Fuengirola, Torremolinos o Vélez.

Al empuje poblacional que ha experimentado la provincia también han contribuido, aunque con cifras más modestas, los municipios del área metropolitana, que se han convertido en un polo de atracción para familias jóvenes y compradores de primera vivienda que han encontrado en ellos precios más asequibles y cercanía a la capital. Así, Alhaurín de la Torre ha ganado 14.183 nuevos habitantes y es la localidad más poblada del Valle del Guadalhorce, con casi 36.000 empadronados. Casi 9.000 residentes más ha sumado Cártama, más de 6.000 Alhaurín el Grande y 4.000 más Coín. Rincón, por su parte, ha crecido en casi 17.000 personas.

La otra cara de la moneda la encarnan los pueblos que siguen perdiendo población y que por la falta de infraestructuras o las malas comunicaciones ven lejano el horizonte del crecimiento. En el último año han sido 41, todos del interior y fundamentalmente de la Serranía de Ronda.