Teléfonos de denuncia directa, protocolos de actuación, endurecimiento de las penas, cursos formativos y de defensa personal, asistencia psicológica y jurídica gratuita, personal de seguridad, timbres antipánico, interfonos o salidas alternativas. La espiral de la violencia física y verbal contra el colectivo médico va en aumento pese al esfuerzo de los colegios profesionales y de las administraciones que están invirtiendo importantes recursos e ideando nuevas herramientas para intentar atajar esta lacra social.

En la provincia de Málaga, las denuncias permanecen más o menos estables, pero más allá de la agresiones expresas y manifiestas existe una verdad no cuantificada pero indudable y comprobable, la violencia hacia los profesionales sanitarios continúa aumentando de forma notable, indican tanto el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Luque, como el director del Observatorio de Agresiones a Médicos del Consejo Andaluz, José Miguel Pena Andreu.

Y es que Málaga es la séptima provincia Española en número de agresiones, con una tasa de 4,91 por cada mil médicos, según las conclusiones del informe de agresiones de 2010 del Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), dado a conocer ayer.

Atención Primaria y Urgencias son los servicios donde más episodios violentos se producen, y las profesionales, las doctoras, sufren más agresiones que los médicos varones. Ellas reciben más ataques, pero ellos más violentos. El informe de la asesoría jurídica del Colegio de Médicos de Málaga revela que en el pasado año registraron 42 denuncias, mientras que en 2009 fueron 40 y en 2008, 41. En el 76% de los casos, 32 se refieren a amenazas e insultos, mientras que el restante 24% implica el ejercicio de la violencia física (golpes, empujones, lanzamiento de objetos).

La discrepancia ante la atención médica o la negativa a recetar el fármaco o a realizar la prueba demandada por el paciente, son las principales causas de las agresiones que son realizadas tanto por familiares, como por pacientes o de forma conjunta. Los episodios se producen de forma mayoritaria en la sanidad pública, mientras que en el sector privado son anecdóticos.

Esta realidad es producto de la violencia que se vive en la sociedad actual, a lo que hay que sumar el hecho de que el ciudadano tenga mucha más información a su alcance lo que le proporciona cierto conocimiento para opinar y exigir, todo esto sumado al nuevo rol social del médico, comentan tanto Sánchez Luque como Pena Andreu.

El presidente del Colegio de Médicos de Málaga destaca entre los logros alcanzados en esta materia el hecho de que estas agresiones sean consideradas ya no como faltas sino como delito de atentado –lo que agrava las penas–. Juan José Sánchez Luque considera no obstante que la solución no pasa por medidas coercitivas sino por la puesta en marcha por parte de la Junta de campañas de concienciación e información ciudadana que vayan transformando este comportamiento social y para ello tiende la mano a la administración regional.