La sanidad privada también ha vivido su particular boom en la provincia. En los últimos cinco años han visto a la luz hospitales como el Xanit de Benalmádena (111 camas); el Hospiten de Estepona (71), o el Quirón en la capital (136), lo cual ha ampliado la oferta de servicios, hasta el punto de que el mercado privado y el sistema público se reparten a partes iguales la cartera sanitaria.

La provincia dispone de 4.997 camas hospitalarias, de las que el 48% corresponde al ámbito privado. Sin embargo, el sistema público soporta, con la misma oferta, una demanda casi seis veces superior. Es decir, en Málaga sólo el 15% de la población tiene contratado un seguro privado, lo que equivale a 255.000 personas. Este porcentaje se ajusta a la media andaluza, mientras que en otras comunidades, como Cataluña y Madrid, uno de cada cuatro pacientes dispone de póliza privada.

Más demanda en lo privado

La crisis no ha interrumpido la ampliación de servicios en el sector privado, y tampoco ha frenado la demanda. Las aseguradores han aprovechado la coyuntura para ser más competitivas, con tarifas muy atractivas para el cliente. «Hoy pagas 40 euros por una cobertura sanitaria completa», asegura Antonio González Chamarro, presidente de la Asociación de Médicos Empresarios en la provincia. Según explica, el mercado privado aprovecha las listas de espera en el sistema público para ganar cuota de mercado. Este sector factura al año en Málaga unos 400 millones de euros: el 60% de esos ingresos se obtienen de las pólizas, el 30%, de los conciertos con el Servicio Andaluz de Salud; y el resto, de las consultas privadas.

La sanidad privada resulta rentable, de momento, a las aseguradoras y a los grupos hospitalarios. Pero parte del sector cree que la oferta en la Costa del Sol «es excesiva». Pedro Luis Cobiella, presidente ejecutivo del grupo Hospiten, advierte de que sería insensato continuar invirtiendo en nuevos proyectos. «La oferta se tiene que mantenerse si no queremos que sobren servicios».

El 38% de los médicos, en centros privados

En cambio, a los médicos no siempre les salen las cuentas. En la provincia 2.332 facultativos ejercen en el sistema privado, o compatibilizan el trabajo con su actividad en el SAS. Representan el 38% del colectivo. «Perdemos poder adquisitivo, porque las compañías son cada vez más exigentes con el servicio. También nosotros queremos una actividad de calidad, pero desde hace diez años hay aseguradoras que no han subido la tarifa por acto médico ni siquiera el IPC», se queja un especialista del ámbito privado.

Para aliviar la presión asistencial, por ejemplo para reducir listas de espera, el sistema público de salud firma acuerdos con las compañías y hospitales privados para que cubran determinados servicios, como pruebas diagnósticas o consultas externas. IU, que demanda un tercer hospital para la zona Este de la capital, señala que los conciertos han aumentado un 30% desde 2.000. «El SAS se gasta al año 65,5 millones de euros en los conciertos, cuando podría reservar el presupuesto para aumentar las plazas hospitalarias. No olvidemos que Málaga, con 19 camas por cada 10.000 habitantes, está por debajo de la media andaluza, cuya ratio es de 22», critica Manuel Quero, enfermero y activista por un tercer hospital.

Los médicos privados reivindican su papel. «Creo en la complementariedad de los dos ámbitos, público y privado. Pero tenemos que potenciar la imagen de la sanidad privada, y eliminar esa concepción mercantilista», asegura Andrés Torres, vocal del ejercicio libre del Colegio de Médicos.