No están contabilizados, pero son muchos los europeos jubilados que pasan una temporada en la Costa del Sol y que para acceder a medicamentos gratis deben someterse al perezoso proceso del papeleo. «Igual que los españoles, usted tiene que presentar algo que nos diga que es jubilado. Vaya al consulado y que le den un papel», le espeta a un turista británico una empleada del área de administración del centro de salud de Nerja. Una escena en la que suele estar presente Puri López, trabajadora social, y que ilustra el trámite que los europeos jubilados no empadronados deben realizar para conseguir las medicinas gratis. Hasta ahora, porque la Unión Europea ha reprendido a España por este requerimiento, ya que lo ve discriminatorio.

Distinto es el caso de los extranjeros pensionistas empadronados en la provincia, a los que su condición de jubilado ya consta en la tarjeta sanitaria. En Málaga hay censados más de 43.000, suponen casi uno de cada cinco jubilados. El Servicio Andaluz de Salud paga al mes unos 22 millones de euros para la distribución gratuita de las medicinas a los jubilados, según datos del pasado enero facilitados por el Colegio de Farmacéuticos de Málaga. Si este gasto se extrapola al colectivo de residentes extranjeros, la cantidad es de unos cuatro millones de euros.

Ninguna queja

El presidente del Colegio de Farmaceúticos, Javier Tudela, asegura que no ha recibido ninguna queja del colectivo de extranjeros jubilados por trabas en el acceso a las medicinas gratis. Sobre la denuncia de la Comisión Europea, Tudela defiende el derecho del europeo a recibir la prestación, como cualquier español, pero cree que debe haber una «doble responsabilidad»: por parte del Sistema de Salud, que compruebe los datos del usuario y que garantice el servicio, y del paciente, que tiene que contar con la documentación adecuada. «Con esa doble responsabilidad se quiere evitar un fraude».

El Gobierno comunitario, en cambio, interpreta que el certificado suplementario que exigen las autoridades españolas para demostrar que son pensionistas vulnera la legislación de la UE, porque empleando la tarjeta sanitaria europea se garantiza que el turista tiene el derecho a recibir la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los nacionales. El Ministerio de Sanidad rechaza tal discriminación.

Nicolás Coín es médico del centro de salud Torrequebrada, en Benalmádena, donde la mitad de los pacientes son extranjeros. En su consulta asiste a diario a 25 usuarios de otros países, de ellos, al menos la mitad tiene más de 65 años. «Hay mucha confusión en este asunto, muchos turistas están perdidos. Pero se debería clarificar la información y también concienciar al paciente sobre sus derechos», asegura el doctor.

Dorothy, que representa una asociación de británicos en Nerja, confirma que los mayores han tenido que requerir información al consulado para el acceso a las medicinas gratis. Lo interpreta como un trámite más para recibir la prestación. Enma Hall, británica y concejal de extranjería de este municipio, resuelve las dudas de extranjeros que no saben adonde dirigirse. Pero ellos no se quejan. «Saben que España es muy generosa, que aquí se les dan más prestaciones que en sus países de origen