El grito que marcó la ciudad durante la pasada década fue el de «La Aduana para Málaga». Un lema que se está convirtiendo en toda una realidad y se podrá comprobar en 2013, cuando abra sus puertas al público convertido en el Museo Arqueológico y de Bellas Artes de la ciudad.

El interior del antiguo palacio muestra un edificio en transformación para recuperar su porte aristocrático original. Los tabiques han desaparecido, los arcos han ganado altura, la piedra y el mármol han recuperado su sitio y el tejado a dos aguas vuelve a coronar el conjunto, tal y como era desde su construcción hasta el incendio de 1922.

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que visitó ayer la Aduana junto a representantes de los movimientos sociales que promovieron el uso cultural del palacio, destacó la buena marcha de las obras de remodelación y que espera que se adelante la entrega del edificio a enero de 2012, pese a que la fecha de entrega es para mayo de ese año. En este sentido, recordó la apuesta del Ministerio por este proyecto -con un presupuesto de 25 millones de euros– lo convierte en «el más importante que tiene en marcha y que no se ha visto afectado por los recortes de presupuesto y reprogramación de obras».

González-Sinde estuvo acompañada por el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, quien recordó que la administración andaluza asume el proyecto museográfico para adaptar las dependencias para uso expositivo. Para ello invertirá unos 7 millones de euros desde el momento en que reciban las obras del edificio. Plata recalcó que, una vez concluida la rehabilitación del palacio, se necesitarán «más de 10 meses de trabajo» para habilitar el inmueble antes de su apertura.

Las obras siguen un proyecto de Fernando Pardo, Bernardo García-Tapia y Ángel Pérez Mora, cuyo objetivo es recuperar la estructura original del palacio.