La clausura ayer de la convención municipal del PSOE-A celebrada en Málaga estuvo cargada de mensajes, promesas y directrices. En este marco, el ministro de Fomento, José Blanco, mostró su compromiso con el proyecto de un futuro parque en el Campamento Benítez. «Ése gran parque lo vamos a hacer le pese a quien le pese. Ya sería una realidad si el alcalde –Francisco de la Torre– no buscara siempre la confrontación y el litigio con Fomento», afirmó el titular de Fomento. Blanco, que dijo que éste es un proyecto de la candidata socialista a la alcaldía, María Gámez, insistió en que «Málaga ya tendría un gran parque en el Benítez si el alcalde colaborara sólo un poquito más».

El ministro clausuró esta convención celebrada en el Palacio de Ferias de Málaga junto al presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán; la candidata María Gámez, y el cabeza de lista en Sevilla, Juan Espadas. Los discursos tuvieron un denominador común: la crisis económica, y marcaron la hoja de ruta para todos los allí presentes de cara a los próximos comicios del 22 de mayo.

Campaña de calle

La necesidad de salir a la calle, de activar a los ciudadanos para que «la derecha» no gane por desmovilización y de explicar que la actual coyuntura económica no es un hecho atribuible a los socialistas sino que se trata de una crisis mundial, fueron las líneas estratégicas marcadas por los dirigentes socialistas.

«No tenemos nada de nada de lo que avergonzarnos y mucho de lo que sentirnos orgullosos como socialistas», sentenció Blanco, que destacó además y al igual que Griñán o la propia María Gámez las políticas sociales como señal y emblema del PSOE. «Nuestro proyecto está destinado a defender las cotas de progreso que hemos conseguido conquistar. Nadie como nosotros impulsa las políticas sociales cuando las cosas van bien y cuando hay dificultades», dijo. Para Blanco la «ansiedad» que denota la derecha significa «que vamos por buen camino», y vaticinó que las elecciones municipales serán la antesala de la victoria de la izquierda, dando una «lección al jinete Arenas –Javier Arenas, líder del PP y candidato a la Junta– que se va a dar de bruces contra los votos».

Camps, objetivo de las críticas

Blanco lanzó además una advertencia, y aseguró que el propio Arenas dijo hace un mes que «gobernar es imitar a Camps». «Sólo pensarlo es un pecado, por eso sé que Arenas llevará en su pecado la penitencia, otros cuatro años en la oposición», concluyó.

Tras estas palabras tomó el testigo José Antonio Griñán, que mostró su apoyo también a la candidata malagueña María Gámez. «Esta ciudad, María, la hemos hecho los socialistas. Toda obra importante, tiene la marca socialista», declaró. Griñán acusó a la derecha de tapar los casos de corrupción frente al socialismo, que los denuncia.

El presidente de la Junta incidió también en la importancia de reactivar la economía y crear empleo, cuestiones que marcó como prioritarias, así como la necesidad de apoyar la creación y el mantenimiento de las empresas, y citó Oracle e Isofotón en Málaga, «donde lo hemos hecho». Para Griñán «la derecha sólo puede ganar si hay una desmovilización social, si la gente desiste de votar. No queremos sólo vencer, sino convencer, y convencer significa convivir», afirmó. El secretario general de los socialistas andaluces dijo que esta crisis lo que necesita es «movilización».

Tampoco faltaron las alusiones tanto de Blanco como de Griñán a temas nacionales de especial trascendencia como Libia o Japón, o en el caso de Griñán al escándalos de los ERE o a la sentencia del Constitucional relativa al Guadalquivir.

La candidata malagueña María Gámez afirmó por su parte que «en este presente duro que nos ha tocado vivir, el socialismo sigue siendo el referente». «La sociedad quiere que despertemos ante esa arrogancia de la derecha, que quiere que gane la desesperanza y la desilusión», subrayó. Para Gámez el PP coge cualquier bandera, «muchas» banderas, como la de la igualdad, pero «poco mástil». «Estamos despiertos para gestionar mejor», concluyó la socialista.