El 2% de la población tiene la válvula aórtica bicúspide, es decir, que sólo tiene dos valvas, en lugar de tres. Esta puesta de acceso y control es la que regula el flujo de sangre del corazón a la aorta –concretamente controla que la sangre salga del corazón y que no vuelva a entrar–. La válvula bicúspide es el problema más frecuente en el no funcionamiento de esta compuerta, pero existen otras causas.

Hasta hace pocos años la única solución era sustituir ésta por una artificial, lo que conllevaba riesgos de rechazo, además de tener que mantener una medicación de por vida y de otras consecuencias como infecciones. Los avances en esta materia han sido espectaculares y el Hospital Clínico es el único andaluz con un programa específico en cirugía reparadora de la válvula aórtica y junto a otros pocos centros españoles. Ahora el futuro es la reparación y no la sustitución.

Ayer tuvo lugar en el Hospital Clínico el I Curso Internacional sobre Actualización de Técnicas de Reparación Valvular y Aneurisma de Aorta que contó con la presencia del que está considerado como mayor experto mundial en la materia, Hans Joaquin Schafers, profesor de la Universidad de Homburg (Alemania), explicó ayer Miguel Such, especialista en cirugía cardíaca del Clínico. La cita congregó a 50 expertos de todo el territorio nacional y se realizaron dos operaciones por parte de Schafers que los profesionales españoles pudieron seguir en directo a través de una pantalla.

Las técnicas de reparación en lugar de la sustitución por válvulas artificiales comenzaron no hace más de 15 años y, concretamente, en el Clínico hace seis. En los últimos dos años y medio han sido intervenidas 50 personas. Estas técnicas permiten a su vez reparar aneurismas –frecuentes ante problemas de la válvula– en el mismo acto quirúrgico.

Antes de estos avances, la tendencia era incluso retrasar con fármacos la intervención para evitar esos efectos secundarios. La actuación a acometer por parte del cirujano depende del problema, que puede ser diverso (separación de la válvula, de forma que se pone un tubo para que vuelva a su sitio; el fallo de una de las tres compuertas, ante lo que se dan una serie de puntos en lugares estratégicos que logran que ese velo encaje de nuevo, etc.). La eficacia está demostrada, ya que prácticamente cerca del 100% de los enfermos operados mediante este procedimiento han conseguido superar con éxito la enfermedad.

Miguel Such explicó además que se siguen encontrando nuevos casos como pacientes con un solo velo. «En este problema el doctor Schafers es la referencia mundial. El Clínico dentro de España se convirtió en un servicio destacado en la materia y la Universidad de Homburg se interesó por nuestros trabajos de investigación. De hecho, hace dos años el doctor Schafers vino y operó unos casos y el año pasado estableció un convenio de colaboración con nosotros. El curso que en esta materia se realizaba allí propusimos hacerlo también anualmente aquí en España y, concretamente, el primero en nuestro país es el que estamos celebrando en Málaga», explicó el cirujano.

«Estos cursos se hacen en tres sitios del mundo y, ahora, España es el cuarto», insistió. Such explicó también que el trabajo coordinado en el Clínico en la Unidad del Corazón ofrece como resultado múltiples ventajas de funcionamiento y eficacia. «Hay que estudiar cada paciente y cada caso para identificar los problemas y decírnoslo a nosotros», declaró.

El experto resaltó el importante trabajo que desarrolla el Clínico en este sentido, pero recordó que se reciben pacientes de toda Andalucía y de España y, sin embargo, «los medios no crecen a la velocidad que necesitamos». «La unidad está planificada para 200 operaciones al año, realizamos 400 y necesitaríamos hacer 600. Todos, incluida la gerencia, estamos luchando mucho por lograrlo», comentó.