La Fiscalía de Málaga pide siete años y medio de prisión para un hombre acusado de maltratar habitualmente a su esposa y de haber incendiado el hogar familiar, ubicado en la capital, con su mujer y sus dos hijos de corta edad dentro, objetivo que no logró porque la agredida reaccionó con rapidez y pudo apagar el fuego. Pese a ello, le quitó importancia al hecho cuando llegaron los bomberos. El acusado será juzgado el próximo lunes en la Audiencia.

Así, según consta en la calificación fiscal, el procesado, D. S. S., posee una contrastada dependencia a sustancias estupefacientes tipo «cannabis y benzodiacepinas», al igual que también sufre «distorsiones cognitivas en relación con el uso abusivo de la violencia en el entorno familiar y la forma pacífica de resolver sus conflictos familiares».

Todo ello, describe la Fiscalía, le hace poseer «los perfiles de personalidad patológica con un patrón de desconfianza vigilante respecto a los demás y delirios desconectados de naturaleza celotipia, persecutoria o de grandeza, así como ánimo hostil».

Los rasgos, que han sido objeto de peritación psicológica, son propios de una personalidad «altamente violenta» y los ha proyectado, siempre según el ministerio público, «en un ambiente hostil hacia su esposa, produciendo temor, angustia y ansiedad, siendo constantes los anuncios de causarle un mal a ella y a sus hijos».

Así, el 18 de septiembre de 2003 fue condenado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Málaga por malos tratos y amenazas. El 5 de septiembre del mismo año, su mujer lo denunció por otras amenazas: se celebró en otro órgano un juicio de faltas, pero la perjudicada lo perdonó y no compareció a la cita judicial. Por último, el 24 de septiembre fue condenado por robo y malos tratos tras intimidar a su pareja «con una navaja y amenazarla».

El 29 de octubre de 2004, entre las cuatro y las cinco de la mañana, la mujer se encontraba en el domicilio conyugal junto a sus hijos de tres años y cinco meses entonces. «El procesado roció gasolina por la ventana de la vivienda, en la zona que comunica el lavadero con la escalera, produciendo la combustión que afectó al interruptor de llamada del domicilio así como a la ropa que se encontraba tendida con las consiguientes huellas de humo en paredes y techo», precisa.

Le quitó importancia

El incendio fue sofocado por la víctima, mientras que el encausado daba golpes constantes en la vivienda para amedrentar a los moradores. «El incendio, dadas la hora y la ubicación, pudo haber tenido consecuencias más graves si no hubiera actuado la perjudicada». La mujer ha ido al juzgado para renunciar a las acciones civiles y penales que le corresponden, «siendo ella misma la que intentó limpiar y minimizar las consecuencias de los hechos» ante los bomberos.