Susana SimónSecretaria, 39 años

«He trabajado 20 años en un bufete, pero trabajaría este verano en la feria o en un chiringuito si hiciera falta»

Tras veinte años como secretaria en un bufete de abogados, Susana Simón se vio de la noche a la mañana sin trabajo y casi 2.000 euros menos al mes. En unos días comenzará a cobrar el desempleo, la mitad de lo que ganaba, y durante veinte meses en lugar de 24 «por un error en la cotización».

Tiene una hipoteca de casi 900 euros al mes, que restados al sueldo de su marido se quedan en unos 400 para comer y pagar facturas. Está dispuesta a trabajar este verano en la feria o en un chiringuito y mientras le sale algo quiere estudiar unas oposiciones para trabajar en la Administración de Justicia.

José Miguel RuizIngeniero industrial, 36 años

«Hasta el año pasado nunca había tenido problemas de trabajo, pero ahora ya no hay clientes ni negocio»

Desde que terminó sus estudios de Ingeniería Automática y Electrónica Industrial en el año 2000, José Miguel Ruiz nunca se había quedado en paro hasta el año pasado. «Nunca había tenido problemas para encontrar trabajo, pero desaparecieron los clientes y ya no hay negocio», comenta. Su último trabajo ha sido en Madrid y ha durado seis meses, el año pasado ya agotó la prestación por desempleo, así que su único ingreso es el alquiler que cobra por un piso que compró y que destina a pagar su hipoteca, por lo que no puede disfrutar del inmueble, sino que tuvo que regresar a casa de sus padres.

Miriam FloridoMonitora infantil, 30 años«Estoy fija-discontinua en un colegio, pero son pocas horas y me gustaría compaginarlas con otro trabajo»

Miriam Florido se apuntó ayer a las listas del paro, pero al menos tiene el consuelo de que será por poco tiempo. Trabaja como monitora infantil en el comedor de un colegio con un contrato fijo discontinuo, por lo que volverá a trabajar en septiembre. No obstante, busca otro trabajo con el que poder compaginar el actual, ya que solo trabaja dos horas al día, lo que se traduce en 260 euros al mes. Tiene experiencia como dependienta y promotora en centros comerciales. Ha aprovechado los períodos sin trabajo para realizar cursos de azafata de congresos, ofimática y auxiliar de enfermería.

Miguel Ángel CanoCarpintero, 35 años

«Habrá gente que ha trabajado menos y tenga más derechos que yo, que he sido autónomo durante diez años»

Con el desplome del sector inmobiliario, Miguel Ángel Cano tuvo que cerrar sus negocios de carpintería hace cinco años. Desde entonces ha dado «saltos de un trabajo a otro» fuera y dentro de Málaga y con contratos temporales de uno o dos meses que lo regresan al paro una y otra vez. Vive de alquiler y tiene una hija a cuyos gastos debe contribuir. Aprovecha lo poco que puede ahorrar de su sueldo y la ayuda familiar porque ya ha agotado la prestación por desempleo. «Habrá gente que haya trabajado menos y tenga más derechos que yo, que he sido autónomo durante diez años», lamenta.

Yamal MelloukiAlbañil, 51 años«No me interesan las ayudas, nunca he tenido que recurrir a ellas. Lo único que quiero es trabajar»

Yamal Mellouki lleva dos años en el paro y cobra una prestación de 420 euros al mes. No obstante asegura que no le interesan las ayudas, que nunca ha tenido que recurrir a ellas y lo único que quiere es trabajar porque se siente «mal» sin hacerlo. Trabajaba como albañil antes de la crisis y de vez en cuando recurre a un amigo subcontratista para hacer alguna «chapuza», ya que la ayuda no le alcanza para pagar la hipoteca y su mujer no trabaja y su hija estudia Secundaria. «He venido muchas veces a preguntar a la oficina si hay trabajo y he repartido currículum, pero nada», lamenta.

Noelia CarreraMonitora de baile, 19 años«Tres meses antes de quedarme en el paro eché currículum en tiendas de ropa y zapatos, pero no me llaman»

El fin de curso ha sido también el fin del contrato de Noelia Carrera como monitora de baile en un colegio. Ha desempeñado este trabajo durante los dos últimos años, pero al ser solo dos horas al día, cobraba 135 euros al mes. Meses antes del verano, repartió currículum en tiendas de moda y calzado, pero no ha obtenido respuesta. Lleva bailando desde los dos años, con formación en el conservatorio, estudió un módulo de Comercio y Marketing y quiere seguir formándose en otras áreas, como por ejemplo la fotografía, que le permitan aumentar sus posibilidades de encontrar un trabajo más estable.

Emilia García y su hija AraceliLimpiadoras, 42 y 24 años«En mi casa somos diez, todos parados menos mi marido. Mi hija quiere apuntarse a una escuela taller»

Emilia García acaba de quedarse en el paro, después de haber trabajado dos años y medio como limpiadora. En su casa son diez personas, contando a sus dos yernos y una nieta, que también viven con ella. Todos están en paro menos su marido. Su hija Araceli, de 24 años, acudió ayer al Inem para solicitar su ingreso en una escuela taller, en el que formarse de forma remunerada. «Es la primera vez que lo pido porque no tengo a donde agarrarme», expresaba la joven. Tiene experiencia como limpiadora y teleoperadora, pero quiere entrar «en cualquier escuela taller, aunque sea de mecánica».

Lola CabelloMonitora infantil, 59 años«Espero que me vuelvan a contratar en septiembre porque con mi edad tengo complicado encontrar otro trabajo»

Lola Cabello trabajaba hasta el mes pasado como monitora en un comedor escolar. «No ganaba mucho, sólo 220 euros al mes» por dos horas al día. No obstante, el dinero le venía bien porque «desde que llegaron los euros» y uno de sus hijos se quedó en el paro, se ve «un poco ahogadilla» para llegar a fin de mes con la pensión de jubilación de su marido. No le corresponde cobrar el desempleo, así que espera que el colegio cuente con ella para el próximo curso, ya que considera que por su edad, 59 años, y el paro juvenil, tiene complicado conseguir otro empleo.