El ambicioso Plan Málaga, que recoge una serie de actuaciones para la ampliación de las instalaciones aeroportuaria de la capital, ya está afrontando su recta final, tras la inauguración de la T3 a principios de 2010, de la nueva estación del Cercanías a finales del año pasado y el notable avance de las obras de construcción de la segunda pista, que está prevista que se termine a finales de este año.

Precisamente con la segunda pista terminada, terminará el grueso de las obras previstas en el Plan Málaga, restando sólo algunas de menor calado para ajustar el funcionamiento del aeropuerto a las nuevas instalaciones.

La nueva terminal ha permitido duplicar la capacidad de recepción y de gestión de pasajeros y vuelos. Sin embargo, la T3 empezará a coger su verdadera dimensión cuando la segunda pista esté terminada y empiece a operar a comienzos de 2012. Eso asegurará el crecimiento futuro de las instalaciones malagueñas, que actualmente tiene un tope de 13 millones de pasajeros.

Una de las características más interesantes es que la segunda pista podrá operar con los grandes aviones de nueva generación, abriendo el abanico de los vuelos interoceánicos.