El curso que acaba de terminar no ha ido nada de bien para 7.413 alumnos de cuarto de la ESO que, si se hubieran aplicado en sus estudios a lo largo del año, ya se habrían graduado en Secundaria. Si quieren su título, ahora tendrán que examinarse en septiembre para recuperar las asignaturas que no han podido aprobar durante los últimos diez meses. En concreto, el 52% de los alumnos han suspendido, según los datos de la Delegación Provincial de Educación.

Ni con clases de apoyo por las tardes, ni con el plan de acompañamiento escolar, ni con refuerzo educativo. Las cifras de fracaso este año en Málaga, al menos en este nivel educativo trascendental, son de lo más elocuentes y afectan a más de la mitad del alumnado matriculado. Es más, un 1%, unos 125 escolares, han optado por abandonar sus estudios de forma prematura sin obtener la titulación. Contrasta, por ejemplo, con los datos aportados por el delegado, Antonio Escámez, sobre alumnos que han aprobado sexto de Primaria este año y que el curso próximo pasarán al instituto para empezar Secundaria. En concreto, el 96,4% de los estudiantes.

Escámez explicó que este año 355 profesores se han dedicado en exclusiva a dar estas clases de apoyo, que son voluntarias y se imparten a grupos reducidos, por las tardes, para resolver dudas y atender a aquellos alumnos con necesidades educativas especiales. Además, en su balance del curso que acaba de terminar, destacó que «ha calado la cultura de la evaluación y el diagnóstico como una forma de anteponerse a los problemas que puedan darse en el futuro y actuar con prontitud». Y explicó que, por ejemplo este curso, 17.000 alumnos de segundo de Primaria han hecho las pruebas Escala para comprobar su nivel de escritura, cálculo y comprensión lectora.

El delegado fue ayer muy explícito a la hora de subrayar que, según el Observatorio de la Convivencia de Andalucía, los episodios de violencia en el ámbito escolar se han reducido de forma notable en el último año. Es más, informó de que las faltas consideradas graves, aquellas que acarrean la expulsión del centro por un plazo máximo de 29 días o incluso el cambio de colegio o instituto, se han reducido del 3,3% al 1,8%. «Y en la provincia de Málaga puede incluso que se haya quedado en la mitad», dijo.

Ese 0,9%, no obstante, representaría unos 2.900 casos registrados en el curso de agresión física, psíquica o de acoso directo o a través de las nuevas tecnologías, cada vez más presente entre los niños y adolescentes. «Aunque los casos en los que la inspección ha dictaminado la obligatoriedad de que el alumno cambie de centro se pueden contar con los dedos de una mano», dijo Escámez, que añadió que en 230 centros no se ha registrado ni una sola incidencia contraria a la vida normal.

Apoyo a la familia

Entre los distintos programas que Educación tiene en marcha para conciliar la vida laboral y familiar de los padres, el delegado destacó que el plan de apertura de centros, en el que participan 372 colegios de la provincia, ha beneficiado a 130.000 alumnos, que han acudido de forma regular al aula matinal, han realizado actividades extraescolares o han comido en el comedor. En este caso, a lo largo del curso, la red de 332 comedores escolares ha atendido a 53.000 comensales y ha servido 9,5 millones de menús. El 70% disfrutaba de algún tipo de subvención, «entre el 10% y el 50% del coste del servicio». Además, 167.000 alumnos han tenido libros de texto gratis y 19.500 escolares que viven en núcleos poblacionales apartados han tenido servicio de transporte escolar. En total, Educación ha dispuesto este pasado año de 380 rutas.