El Centro de Málaga requiere algo más que macetas y colorido. Aunque éstas no fueron las únicas conclusiones que acordaron las cuatro concejalas del Ayuntamiento que el martes recorrieron las calles del casco histórico, los vecinos, comerciantes y hosteleros exponen otra serie de problemas que se deben solucionar para que esta zona de Málaga sea ese «salón familiar» deseado por malagueños y visitantes. Las cuatro concejalas hablaron también de los problemas de la ocupación de la vía pública, del sistema de recogida de basuras, de mejorar la oferta de los coches de caballos o de analizar el actual plan de carga y descarga, pero en la retina y oídos quedó tan sólo que al Centro le faltan macetas y más colorido. Los que viven o trabajan en el Centro afirman que las macetas son el último de sus problemas.

Entre las principales quejas de los residentes abundan las que se refieren a la «escasa» limpieza y a la cantidad de basura acumulada en las calles, mientras que también lamentan el exceso de ruido que tienen que padecer, sobre todo en la calle Beatas, algo que, en opinión de la vocal de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, Esther Ramírez, puede provocar que los vecinos «salgan en bandadas».

La «masificación» de los bares y la «invasión de terrazas» es otra de las preocupaciones que sufren los malagueños, que también echan en falta un mayor número de colegios y guarderías en el centro de la capital. La oferta actual es pobre.

Una de las peticiones que ha recogido la Asociación de Comerciantes Centro Histórico, como explicó su presidenta, Trinidad Fernández, es la posibilidad de disponer de una mayor presencia policial, además de más seguridad y cámaras de vigilancia en todas las calles del Centro Histórico.

«Cuidar la diversidad» es también prioritario para el colectivo, que defiende que el turista «no sólo viene a comer y a beber», por lo que, según afirmó Fernández, se deben recuperar los negocios tradicionales y, con ellos, las señas de identidad que tiene Málaga.

La Feria del Centro es también motivo de polémica entre los comercios, dado que los vendedores consideran que debe estar «más organizada» y no centrarse únicamente en dos calles, sino extenderse a zonas como Carretería o La Malagueta, «donde se vive la feria de toros».

Fuentes de la Federación de Comercios de Málaga se refirieron al mercado provisional de la calle Camas para pedir que se decida «qué uso se le va a dar y que, de esta forma, tenga vida el entorno».

Respecto a las obras que se están ejecutando en el Centro, los comerciantes solicitan que finalicen «definitivamente» para permitir el tránsito a personas y vehículos.

El vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Francisco Moro, subrayó la necesidad de crear nuevas señalizaciones turísticas para orientar a los viajeros, en concreto, indicadores de nuevos hoteles que han abierto sus puertas en los últimos tres años.

Los hoteleros reconocen que, aunque existe buena aceptación por parte del Ayuntamiento, resulta fundamental impulsar un mayor número de zonas de descargas para los turistas, además de controlar los horarios de los camiones de basura, «que causan mucho ruido por la noche cerca de los hoteles al recogerla», lo que molesta a los huéspedes y provoca quejas.

Situaciones de malestar compartidas por el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de Málaga (Aehma), Rafael Prado, quien criticó que se hayan colocado de nuevo contenedores en superficie, lo que, a su juicio, supone «dar un paso atrás».

El Ayuntamiento de Málaga pretende impulsar la rehabilitación de edificios en el Centro Histórico y en barriadas. El delegado de Ordenación del Territorio y Vivienda, Diego Maldonado, destacó el importante esfuerzo municipal en los últimos años pese a la crisis económica. De hecho, casi el 80% de los inmuebles del casco antiguo ya están rehabilitados. Maldonado anunció que en esta legislatura se delimitarán cinco nuevas áreas de rehabilitación integral de barriadas, ha tendido su mano a la colaboración con la Junta, pero insiste en la necesidad de que las competencias en materia de rehabilitación y la correspondiente financiación pasen a los consistorios.