La construcción del metro entre el Guadalmedina y La Malagueta, que se iniciará en un año, abre la oportunidad histórica de afrontar la peatonalización de la Alameda y el Parque. La ciudad no se va a encontrar con una situación similar en décadas. La espina dorsal histórica de la ciudad se va a abrir para la obra y es el momento de decidir cómo será su reurbanización. La posibilidad de soterrar el tráfico por la plaza de la Marina es el primer aspecto del debate que se ha planteado, pero no el único. Varios expertos, consultados por La Opinión de Málaga, aportan algunas claves para el enriquecer este debate.

Gitanillas

Uno de los debates sobre la mesa es el futuro de la plaza de Manuel Alcántara, frente a El Corte Inglés. En concreto de la fuente de las Gitanillas, de Adrián Risueño, que se instaló allí tras la reforma de la plaza de la Constitución en 2002. El presidente de la asociación de Artistas Plásticos de Málaga (Aplama), Paco Jurado, afirma que la fuente de estilo decimonónica no tiene cabida en ese entorno moderno: «Está desfasada y debería ir una obra con una lectura más actual dedicada a Manuel Alcántara». Jurado, que recuerda que además está en mal estado por los continuos montajes y desmontajes, considera más apropiada una escultura «más en vanguardia, que iría en consonancia con el entorno».

Puente Tetuán

La obra del metro obliga a desmontar todo el tablero norte del puente de Tetuán. Eso supondrá su práctica reconstrucción cuando terminen las obras. Carlos Miró, ingeniero y consultor especialista en movilidad, plantea la posibilidad de ampliar el puente para crear una gran plataforma «que se una con el puente de la Esperanza y de la Misericordia», creando una gran plataforma peatonal que facilite la conexión entre las dos orillas. Miró apunta que sería una opción «bastante barata y no afectaría al cauce». Además, plantea que se aproveche el tramo más al sur para «poner las paradas de los autobuses de la EMT» que ahora están en la Alameda y poder quitarlas de allí.

Alameda

Sobre la Alameda Principal, Carlos Miró es concluyente: «Es posible quitar gran parte del tráfico de la Alameda y Parque, que no tienen sentido para los largos desplazamientos». Este ingeniero considera que es momento se adoptar medidas de alcance, aprovechando que el metro aportará un sistema de transporte público potente y que la avenida de Andalucía ha perdido importancia en los trayectos de la ciudad, en favor de la avenida de la Aurora o el eje litoral. En este punto, descarta soterrar el tráfico por la plaza de la Marina, ya que defiende simplemente eliminarlo en favor del Paseo de los Curas, sólo dejando algún carril de servicio «para los vecinos y la carga y descarga».

El presidente del Colegio de Arquitectos, Antonio Vargas, coincidió en su defensa de la ampliación del puente de Tetuán, en tanto que «simbolizaría una puerta de entrada para el Centro». Además, defendió el proceso peatonalizador como «creador de vida ciudadana». No obstante, apuntó que estas ideas hay que definirlas bien para que sean efectivas y lamentó que no se hubiera empezado antes con el debate.

Plaza de la Marina

El urbanista y redactor del PGOU de Málaga, Damián Quero, quiso avisar sobre el riesgo de abusar de la plaza de la Marina, donde irá la estación del metro y una futura del Cercanías: «Es una plaza con dimensiones limitadas, no es un chicle», por lo que advirtió del riesgo que se corre de concentrar usos que no caben al soterrar el tráfico o intentar crear un intercambiador de autobuses.