Drogas que no aparecen en la lista de sustancias fiscalizadas por la ONU y que se comercializan, a través de internet, disfrazadas como incienso o sales de baño para eludir los controles sanitarios obligatorios preocupan a consumidores y asociaciones.

En los últimos años se ha popularizado en diferentes partes del mundo el consumo de un grupo de sustancias llamadas «legal highs» y que son vendidas en diversos formatos como polvos, pastillas o cápsulas.

Pese a que su consumo no es nuevo, hace unos años había permanecido limitado a un número reducido de consumidores, y actualmente se ha apreciado que se trata de un conjunto de compuestos psicoactivos bien recibido por consumidores recreativos que desean probar nuevas sustancias o que quieren sustituir las de su preferencia.

Según Energy Control, proyecto de la ONG Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), el hecho de que estas drogas «se denominen como legales», pues no se contemplan en las listas de fiscalización, puede «inducir a error entre los consumidores, al pensar que se trata de sustancias sin riesgos», apunta Claudio Vidal, coordinador andaluz de ABD. Sin embargo, aunque se desconocen los daños que puedan provocar a corto, medio y largo plazo, porque sus efectos no han sido probados ni sobre humanos ni sobre animales, sí se advierte de que no son aptas para el consumo humano.

Forma de venta

En cuanto al modo en que se comercializan estas sustancias, los formatos varían. Así, suelen venderse bajo la apariencia de sales de baño, artículos de colección, pipas de agua, o incienso para intentar evitar los controles sanitarios.

Se distribuyen con las advertencias de «no apto para consumo humano» o «mantener fuera del alcance de los niños», con nombres «muy atractivos» con el objetivo de captar la atención del usuario. Sin embargo, «en ningún momento se alude en el etiquetado al tipo de composición del producto», explica Vidal.

Por este motivo, el coordinador andaluz de Energy Control recomienda a los usuarios que extremen la precaución a la hora de consumir este tipo de sustancias, al tiempo que indica que el control de estas drogas «acaba derivando hacia el mercado ilegal y provocando la aparición de nuevos tóxicos como sustitutos».

Por su parte, desde la Federación Andaluza de Consumidores y Amas de Casa Al Andalus advierten de que la legislación vigente prohíbe la venta de este tipo de productos a través de internet por lo que ésta debe realizarse en establecimientos autorizados a tal efecto. De este modo, señalan que de producir efectos perjudiciales y nocivos en el consumidor, ello «podría constituir un delito contra la salud pública».