Doctor en medicina y cirugía desde el año 1976, Isidro Prat lidera a la potente red de bancos españoles que conservan sangre extraída directamente de los cordones umbilicales que se obtienen en los partos; unidades de las que se extraen células madres con unas propiedades y características especiales.

El que lleva siendo director del Banco de Cordones Umbilicales de Málaga, además del Centro de Transfusión Sanguínea y Banco Sectorial de Tejidos desde el año1987 recibió el honor esta semana por parte de la Comisión Nacional de Trasplantes de ser nombrado representante de todos los bancos de cordón umbilical en España con lo que, según este doctor, tratará de llevar «la voz y la experiencia ante el Ministerio de Sanidad en temas de transplantes de progenitores hematopoyéticos».

Prat, con 58 años y original de Badalona, no considera este nombramiento como un premio a su figura sino al servicio que él dirige en el Hospital Civil Carlos Haya, y del que se muestra orgulloso, ya que, con más de 20.000 unidades de sangre listas para el transplante, se sitúa en el primer puesto en cuanto a bancos de cordones umbilicales en Europa y el tercero del mundo después del banco de Nueva York y el de Washington.

En relación a la disponibilidad que tiene el banco malagueño, Prat aseguró que su sistema le permite una rapidez con la que un médico que haya pedido una unidad de sangre para su paciente, pueda recibirla en menos de 24 horas.

De esta forma, el servicio del Hospital Carlos Haya, ha enviado unidades de sangre a todas las partes del mundo; «aproximadamente el treinta por ciento de envíos se hacen dentro de España» asegura Prat, por lo que el resto de unidades se llevan al extranjero; «Francia tiene un índice importante de transplantes», comenta el doctor, «y hemos enviado unidades de sangre hasta Australia».

La mayoría de enfermos para los que la transfusión de sangre de cordón umbilical es la más adecuada como tratamiento suelen tener enfermedades hematológicas, como la leucemia, o padecen enfermedades inmunes o genéticas.

El primer paciente que recibió un transplante de sangre del banco de cordones umbilicales malagueño fue un niño de tan sólo dos meses de vida; este «bebé burbuja» de padres gallegos se encontraba en una situación de aislamiento en el Hospital de Barcelona porque nació sin defensas ante las infecciones externas pero, una vez que le transfundieron la sangre «todo le fue muy bien y se curó», recuerda Prat.

La donación

Este primer caso de transfusión fue posible gracias a la donación del cordón umbilical de una embarazada que dio su consentimiento para que los médicos pudieran tomarlo durante el parto.

Antes de eso, en los cursos de preparación al parto, se informa a las futuras madres de que pueden donar el nexo de unión que mantienen con el feto en una operación muy sencilla que no conlleva apenas riesgo y en la que se extrae un poco sangre del cordón sobrante mientras ellas ya tienen a sus hijos en brazos.

Una vez que los especialistas han extraído la sangre, ésta pasa a la unidad que dirige Prat donde, según el doctor, «la detectamos, clasificamos, identificamos las células madre, las cuantificamos y decidimos cuáles son aptas», porque «no todas las células madre sirven para la donación», aclaró.

Después de que este proceso de selección haya terminado, las unidades de sangre extraídas pasan a un registro internacional de células madre, para que, cuando un médico en cualquier parte del mundo las solicite «podamos encontrar las unidades más adecuadas para el enfermo» y entonces «se activa el proceso de trasplante», concretó Prat.

Una de las mejores ventajas que tiene este tipo de células madres, es que «son muy jóvenes», por lo que «admiten algún tipo de incompatibilidad con el paciente», aseguró el director del centro, con lo que se están convirtiendo en uno de los mejores métodos para combatir el cáncer.