El Director de la Unidad de Gestión de Dermatología del hospital Clínico de Málaga, Enrique Herrera Acosta, y una de las especialistas del área Matilde Mendiola insisten en la necesidad de concienciar a los jóvenes sobre los efectos nocivos que originan las exposiciones al sol sin usar una protección adecuada. Y es que, según la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc), el 35% de los padres con hijos mayores de 10 años tiende a descuidar la protección solar de los menores. Por otro lado, los expertos se mostraron esperanzadores con las cifras acerca de la incidencia de cáncer de piel, que se han estabilizado en los últimos dos años.

¿Cuántos casos de cáncer de piel se diagnosticaron el año pasado en el servicio de dermatología del Clínico?

El hospital atendió el año pasado a un total de 77 pacientes con cáncer de piel, lo que supuso un incremento del 1% respecto a 2009. Desde que se confirma que una persona tiene un melanoma hasta que es intervenida quirúrgicamente pasan menos de 72 horas. Hay mecanismos de derivación muy rápidos.

¿Cuáles son las variables a tener en cuenta a la hora de detectar un melanoma en la piel?

Es fundamental observar cualquier mancha que aparece en la piel y que cambia de color o de forma. Pero en otras ocasiones nos encontramos con un segundo grupo, el cáncer de piel no melanoma, difícil de describir porque existen muchas variedades. Se trata de una pequeña herida que no llega a curar, a pesar de que hayan transcurrido dos o tres meses. También puede manifestarse en forma de úlcera que no desaparece o de herida en zonas genitales o labiales. En todos estos casos, se debe acudir al médico.

¿Qué consejos prácticos daría a los jóvenes que buscan la inmediatez al broncearse?

Lo ideal es comenzar a tomar el sol con abundante cantidad de crema solar protectora, a principios de temporada, cuando todavía está suave en horas tempranas. Así se obtiene un bronceado progresivo, lo que permite defendernos de forma natural de los efectos negativos. Las exposiciones muy intensas e intermitentes incrementan el riesgo de sufrir cáncer, aunque se produzcan en pocas ocasiones al año. En este sentido, deben tener especial cuidado los extranjeros que llegan de países en los que no han tomado el sol en todo el año. La piel tiene memoria y va sumando radiación social, lo que lleva consigo que una persona con antecedentes de quemaduras se broncea peor.

¿Cómo actúan las radiaciones ultravioletas sobre la piel en la exposición a fuentes artificiales, entre ellas las lámparas bronceadoras?

Está demostrado que las exposiciones a las radiaciones ultravioletas emitidas por las cabinas de centros de bronceado multiplican por seis el riesgo de padecer cáncer de piel. No significa que tomar una o dos sesiones implique contraer un tumor, pero de esta forma se van comprando «boletos». Cuantos más se adquieran, «más posibilidades hay de que toque». Tienen casi una adicción a la exposición ultravioleta porque se acostumbran a estar siempre morenos. Es lo que se conoce como «tanorexia».

¿Es cierto que los protectores solares caducan? ¿Cada cuánto tiempo es aconsejable que se repongan?

Las cremas solares caducan como cualquier producto. No son diferentes a otros tipos de fármacos. Sólo hay que ver el reverso, que indica los meses que duran desde el momento en que se abren. En cualquier caso, si nos protegemos bien, estas cremas no deben durar más de 2 o 3 semanas. Lo ideal es utilizar aquellas con un índice de protección solar que no sea inferior a 30, ya que nos broncean y además evitará quemaduras y daños en la piel.

El sol también puede resultar beneficioso si se toma con moderación. ¿Qué puede aportar a la piel?

Entre 10 y 20 minutos al día de exposición en brazos y piernas son suficientes para alcanzar niveles adecuados de vitamina D, que también puede tener un efecto protector sobre algunos tumores. Tomar el sol es recomendable siempre que se eviten las horas de mayor intensidad solar, entre las 12 y las 4 de la tarde. Sin embargo, es en esta franja cuando la población abusa en mayor medida de los rayos de sol.