La embarcación Salvamar Alnitak es definida por su capitán como «muy marinera». Un modelo fabricado en exclusiva por el astillero asturiano Armon para Salvamento Marítimo, tiene 22 metros de eslora y cuenta con dos motores de 1.800 caballos cada uno que funcionan por propulsión y de forma independiente con la que alcanza una velocidad máxima de 35 nudos. Entre 60 y 65 kilómetros por hora que en el mar son una barbaridad. Cuenta con dos camarotes en popa para los rescatados y una tercera cama en forma de nicho.

Creada para rescatar, permite la recogida tanto por babor como por estribor y entre todo su equipamiento destaca la red de recogida de náufragos que funciona a través de una grúa hidráulica telescópica. También tiene capacidad para remolcar embarcaciones de hasta 150 toneladas de peso. Realmente, la función de remolcador la asume uno de los barcos que una vez a la semana se desplaza a aguas de Málaga desde Almería o Motril.

Francisco Colomina asegura que, en teoría, la embarcación es insumergible. Sin embargo, la actividad de esta embarcación y sus tripulantes también tiene otro cometido que va más allá del rescate de personas. Se trata del control medioambiental de las aguas, fundamentalmente el de los vertidos que los buques pueden realizar durante sus sesiones de limpieza.