El obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha asegurado este miércoles que el Obispado "no tiene ningún especial interés en hacer ahora ninguna torre" de la Catedral de la capital, pues, "por ejemplo, para mí es más importante una sacristía, que no existe".

Catalá ha comparecido en rueda de prensa junto al arquitecto Gabriel Ruiz Cabrero, que ha sido designado como responsable de los planes directores generales de la Catedral y de la finca del Seminario y casa diocesana de Espiritualidad, y al deán de la Catedral de Málaga, Alfonso Fernández-Casamayor.

El obispo ha abogado por que el plan director tenga una "visión integral y completa" del edificio, insistiendo, al respecto, que se está trabajando en el citado plan y que "la torre a lo mejor se hace dentro de 20, 30 o 50 años, yo no tengo prisa".

En este sentido, el arquitecto ha señalado que el plan tendrá que "reflexionar y hacer planteamientos" sobre la idea de acabar el templo catedralicio, aunque, ha añadido, que el citado plan "tiene que estudiar, a la luz de la situación actual, cuáles de esas cuestiones se deben acometer, cuáles no y, las que se deben hacer, de qué manera".

Catalá ha recordado que en 1928, estando el obispo César Riario, se hizo el proyecto para construir un nuevo templo, y en 1588 se inauguró ese proyecto inicial, aunque sin terminar. Es en 1768 cuando la Catedral se encuentra, más o menos, como está en la actualidad. "Ha habido unos 240 años de construcción, retención, etcétera", ha aclarado.

En este sentido, ha señalado que la estructura de la Catedral es la de 1768, pero "han pasado varios siglos y las necesidades son distintas", además de que éste, como cualquier iglesia, "es un monumento vivo, no es un museo ni unos restos arqueológicos".

Por su parte, Ruiz ha asegurado que los planes directores generales de la Catedral y de la finca del Seminario y Casa Diocesana son "dos encargos extraordinarios", y ha explicado que éstos fijan cuáles deben ser las obras de mantenimiento y conservación de un edificio.

Sobre el plan director de la Catedral, ha señalado que lo primero es conocer con "absoluta totalidad" el edificio sobre el que hay que trabajar. "Hacer un plan director es conocer absolutamente el edificio de manera que podamos interpretarlo técnicamente y, a partir de ese momento, proponer cuáles son las acciones que hay que realizar durante un periodo largo de tiempo".

Obras inmediatas

Ha señalado, no obstante, que hay algunas obras que "deberían acometerse ya, porque no se puede esperar más tiempo y habría que hacerlas en paralelo con el plan director". "La Catedral por razones de tipo funcional y constructivo necesita intervenciones inmediatas", ha apostillado.

Al respecto, ha apuntado que una de estas obras es en el presbiterio, "que está excesivamente alto y sin terminar por una serie de circunstancias", además de que no cumple con las directrices del concilio Vaticano II, que "establecía una mayor proximidad entre el sacerdote y los files". Ha señalado que, debido al aumento de visitantes, las instalaciones "se han quedado pequeñas", como es el caso del vestíbulo, la tienda o los servicios, que "están mal colocados".

Bóvedas y filtraciones

En relación con la posibilidad planteada de poder visitar las bóvedas, ha señalado que "es una obra que hay que hacerla ya" y ha afirmado que "hay razones constructivas que exigen una intervención" en las mismas. Cabe recordar que en 2009 culminaron las obras de restauración de las cubiertas de la Catedral de Málaga, lo que permitía acabar con las humedades y filtraciones que se producían en el templo catedralicio.

Al respecto, ha indicado que estas obras se llevaron a cabo con "un esfuerzo muy importante" y que se hicieron "lo mejor posible desde un punto de vista técnico", como es forrar las bóvedas de cerámica. No obstante, ha señalado que estos forros "están completamente agrietados, está entrando el agua, y es una cosa en la que hay que meterse rápidamente". De no hacerlo, "se van a humedecer las bóvedas y hay desprendimiento de morteros", ha apostillado.

Ha resaltado, de igual modo, que "hay que entender que ese gran esfuerzo que se hizo de forrar con cerámica las bóvedas no ha sido inútil", pues "ha servido para demostrar que esa solución no sirve" porque "se ha hecho lo mejor posible y se ha agrietado". "Es una obviedad que está entrando agua", ha sentenciado.

"No nos queda más remedio que aceptar que este edificio estuvo pensado para tener una cubierta a dos aguas, para echar las aguas fuera inmediatamente, y no se puede hacer de otra manera porque está pensado así desde el principio", ha puntualizado.

Por otro lado, el arquitecto ha asegurado que lo que define a este edificio es "la unidad que ha querido siempre tener". "Es tremendamente emocionante porque es única", ha afirmado, resaltando, al respecto, que es "una señal de identidad, porque es muy raro una catedral como la de Málaga que se ha construido durante tanto tiempo y que tiene una unidad tan grande".

Seminario

Por otro lado, en relación con el seminario, ha explicado que "la operación es la misma que en la Catedral, conocer el conjunto", ya que, "es de una naturaleza distinta y el proceso y el equipo también tendrán que ser distintos".

"Un edificio como la Catedral y un conjunto como el del seminario, donde han intervenido a lo largo del tiempo tantas personas, están cargados de mensajes e intenciones y es imprescindible profundizar en ese conocimiento para saber qué es el edificio", ha aclarado.

Preguntado por la finalización de elaboración de los planes, el arquitecto no ha querido aventurarse sobre una fecha, pero ha indicado que si "en un año está el plan sería un éxito".

Por su parte, el deán de la Catedral de Málaga, Alfonso Fernández-Casamayor, ha apuntado que también se está trabajando en la línea de "cómo potenciar y mejorar" la misión litúrgica de la Catedral, "donde tendrá mucho que ver el plan director"; así como un plan para las visitas culturales, que "queremos ir mejorando dada la afluencia de turistas" para que se pueda visitar, "ya no sólo en el interior, sino también las cubiertas".