El Derecho es el arte de defender posturas enfrentadas usando argumentos válidos en ambos casos, por lo que las normas permiten que el abanico de posibilidades para un condenado sea inmenso y casi indescifrable. Una vez que se conoce que José María Del Nido, Julián Muñoz y Juan Antonio Roca han sido condenados a penas de prisión por su implicación en Minutas, la pregunta es obvia: ¿acabarán entre rejas?

La individualización de la pena, esa tarea que ocupa numerosas páginas en cualquier resolución judicial, siempre es ardua y todo depende de la decisión de los diferentes operadores jurídicos.

En el caso de Del Nido, sentenciado a siete años y medio de prisión, las opciones son variadas, pero la más plausible es que siga en libertad, al menos, hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la sentencia. Su condena es importante, pero no tiene antecedentes penales. Para que entre en una prisión, el fiscal Anticorrupción Francisco Jiménez Villarejo debería solicitar la ejecución provisional de la sentencia de la Audiencia, cuya Sección Tercera, órgano juzgador, debería después pronunciarse al respecto valorando si hay riesgo de fuga y si el letrado hispalense tiene arraigo, es decir, domicilio conocido y circunstancias personales que le harían más difícil marcharse. En este caso, cualquiera llegaría a una conclusión clara: no hay un gran riesgo de fuga y, por tanto, hasta que se pronuncie el Supremo, no tendría tanto que temer sobre su futuro a medio plazo, pero siempre hay una posibilidad y, si se tiene en cuenta que en Malaya se está llevando a cabo un juicio con carácter ejemplarizante, tal vez en Minutas podría llegarse a la misma conclusión.

Esto es lo que señalan diversas fuentes judiciales consultadas por este periódico: «Si se estima que hay riesgo de fuga y que puede abstraerse a la acción de la Justicia, se podría solicitar la ejecución provisional de la sentencia».

El mejor escenario posible es que el Supremo lo absuelva €el Alto Tribunales casa pocas sentencias por las retincencias que suele tener a la hora de revisar fallos de instancias superiores€. Si eso ocurre, no irá a la cárcel. Si le rebaja la pena hasta dos años o menos, tampoco debería acabar en un presidio, máxime al no tener antecedentes penales. Pero si la Fiscalía aprieta el acelerador, podría tener problemas.

Muñoz se ausenta del Malaya

El caso de Julián Muñoz es distinto: ha sido condenado a tres años de prisión por delitos contra la ordenación del territorio, se le piden siete y medio en la pieza separada de blanqueo, diez en Malaya, otros tantos en Saqueo 2 y tiene múltiples imputaciones. Es fácil que el fiscal entienda que hay riesgo de fuga pese a su arraigo en Marbella y que solicite la ejecución provisional de la sentencia, pero, en este caso como en el anterior, todo queda sujeto a la interpretación de Jiménez Villarejo y a que la Sala acoja su pretensión, si es que ésta se concreta. El escenario más favorable para él sería, por supuesto, que el Supremo lo absolviera. Un dato: ayer estaba tan tocado tras conocer el fallo que abandonó el juicio de Malaya en el receso del café y no volvió, según informó otra fuente judicial.

A Juan Antonio Roca esta condena no le supone un gran problema: lleva casi seis años entre rejas y, cuando se juzguen todas las causas pendientes, podrá solicitar la acumulación. Sabe que si es sentenciado en Malaya, pasará mucho tiempo entre rejas. Ya está cumpliendo por Saqueo 1. Ayer, cuando el presidente de Malaya, José Godino, le preguntó si tenía fuerzas para seguir declarando, éste le dijo que no había problema. Eso es fortaleza de carácter.

El juicio ha durado 15 meses, tras acabar en julio de este año. El tribunal ha examinado más de 59.000 folios, tardando su ponente casi seis meses en pergeñar el fallo. Fuentes judiciales consideran que hay flancos por los que atacar la sentencia €como casi siempre€, aunque, una vez más, será la Sala Segunda del Tribunal Supremo la que tenga la palabra.