El presidente de la Fundación del Axarco, José Luis Gámez, manifiesta que durante este año se presentarán varios proyectos ante el Ayuntamiento veleño y administraciones supramunicipales, como la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía y la Diputación de Málaga, a través del Patronato de Turismo, con la intención de poner en circulación nuevas series del axarco.

«Sería una forma muy especial de celebrar los diez años de convivencia del axarco con el euro», relata. Y es que no han sido pocas las regiones europeas interesadas en poder tener el privilegio actual de la comarca de la Axarquía. A su fundador, Antonio Gámez Burgos, hasta le llegó una propuesta desde el Gobierno catalán para que se adentrara en los archivos históricos de esa otra comunidad, con el objetivo de promover otra unidad de curso legal que sobreviviese a la peseta.

Antes de su fallecimiento, el propio refundador del axarco recordaba esa anécdota a través de este periódico y manifestaba su imposibilidad de atender tantas peticiones similares. Lo cierto es que, diez años más tarde, los coleccionistas han acaparado la mayoría de las series de axarcos que fueron comercializadas durante las primeras décadas y la Fundación del Axarco cree que es el momento oportuno para rescatar su esplendor.

«Necesitamos la ayuda de las administraciones porque de otra forma, debido a la inversión necesaria, quedarían como series residuales y de nuevo para coleccionistas. El proyecto, tal y como en origen lo ideó nuestro padre, pretende ir más allá. Lo ideal es convertir esta moneda en un referente económico y social de esta parte de la Costa del Sol. Porque con esa premisa lograríamos que también se revitalizara el turismo en esta zona», agrega José Luis Gámez.

El fomento del uso del axarco en los pagos dentro de la Axarquía podría partir también desde su divulgación a través de galardones o premios concedidos por las administraciones comarcales. Ya implantó su creador hasta becas culturales (al responsable de la biblioteca del núcleo veleño de Triana, por ejemplo), con las que entraban en el mercado cantidades mensuales fijas.