Algunos delincuentes comunes, reincidentes en el robo de frutas que después dedican a la venta ambulante ilegal, son capaces de levantar hasta pesadas infraestructuras de regadío, a la caza de las preciadas piezas de cobre (el metal de más valor en las chatarrerías), cuando encuentran una finca agrícola con la recolección terminada.

Para evitar acciones como éstas, los agricultores de la Sociedad Cooperativa OleoAlgaidas de Villanueva de Algaidas han suscrito un acuerdo a tres bandas con el Ayuntamiento y la sociedad de cazadores. Así ahorran, solidariamente, los gastos. «Un grupo de unos 4 cazadores son los que se encargados de velar por la seguridad de las tierras de esta zona», explica Javier Vidaurreta, gerente de la cooperativa. De 3 a 4 euros por hectárea se rebaja el coste a sólo 1 euro.

En la Axarquía, el técnico de Frutas y Hortalizas de la asociación agraria Asaja, Benjamín Faulí, subraya la proliferación de robos durante el último año, con especial incidencia entre los subtropicales. Estos árboles, por sus características, permiten recolectar en pocas horas miles y miles de kilos. La preocupación también se extiende entre los asociados de COAG Axarquía, como apunta Antonio Rodríguez: «Hoy en día no puedes dejar los sacos de aceitunas de un día para otro junto a los caminos. Tienes que esconderlos para que no los roben». Y en términos similares se expresa, en la Oficina Comarcal Agraria de Antequera, el técnico Baldomero Casado.

Otro integrante de Asaja, Carlos Carreira, que presta su servicio en la capital malagueña, incide en que el Valle del Guadalhorce y la Axarquía están actualmente a la cabeza en cuanto a número de robos en el campo, al margen de la sustracción de las aceitunas de los olivares en la comarca de Antequera.