Un grupo de investigadores ha diseñado una red de conexión wifi entre vehículos y entre éstos y otras infraestructuras como semáforos que permitirá elegir rutas de menos tráfico o menos contaminantes, compartir fotos e información o chatear, y avanzar así hacia una «ciudad inteligente».

Así lo explicó el director del grupo de investigación llamado Neo, dentro del andaluz Gisum que diseña esta red, Enrique Alba, quien lideró antes el proyecto europeo Carlink (2006-2008) y está inmerso en otros dos, Diricom y roadME, con el objetivo de mejorar esta comunicación entre vehículos. Alba, que trabaja en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de Málaga, precisó que el primer paso fue conocer, optimizar y manipular la red de comunicación entre vehículos, viendo si la creación de esta red era posible, para qué podía servir y hasta qué distancia un coche se podía conectar con otro.

Visibilidad internacional y especialización son las dos cualidades que han hecho que este grupo haya colaborado incluso con el Instituto Meteorológico de Finlandia en su proyecto Carlink y que acaben de pedir a la Unión Europea financiación para uno nuevo, que finalizaría en 2015.

«La propia construcción de la red es ya un desafío enorme», aclaró el investigador, quien precisó que aunque ellos hacen investigación y no desarrollo, ya hay multitud de compañías interesadas en las aplicaciones que puedan derivarse.

La conexión está pensada para ser de vehículo a vehículo o de vehículo a infraestructura, y su optimización está basada, según relató el experto, en metaheurísticas bio-inspiradas, una técnica basada en la naturaleza y que combina rasgos de varias soluciones para mejorarlas en forma de programa informático.

Neo-Gisum busca la inspiración incluso en el movimiento de las hormigas y en cómo actúan éstas para buscar la comida, para trasladar, señaló Alba, estas ideas que «inicialmente pueden ser muy básicas» al ordenador para evolucionarla y «hacerlas interactuar» con otras hasta obtener una solución final mejorada.

Con el hardware adecuado, simulan los envíos de información en la ciudad, algo que no es fácil porque según Alba «no solo hay que mover los vehículos sino que tienes que seguir las normas de tráfico», y después lo prueban en circuitos reales por la ciudad.

Para que los usuarios de vehículos disfrutaran de esta conexión habrían de implantar en el coche un pequeño dispositivo o bien usar directamente el teléfono móvil con un pequeña antena, de forma que solo habría que descargar el software para aplicaciones finales.

Esta red permitirá, además, dejar grabado en los semáforos el tiempo que se tarda en hacer una determinada ruta para que otro coche al pasar lo pueda saber, y se podrá interactuar además con balizas, farolas, marquesinas o paneles, que serán «estaciones wifi», según Alba. Regular el tráfico, hacer un análisis de aparcamiento, recibir información meteorológica personalizada y conocer puntos de atasco o información de emergencias son otras utilidades de las que podrán hacer uso de forma gratuita los ciudadanos.