Se esperaba un mes de marzo menos irritante que en años anteriores, pero la llegada del calor empieza a mudar el pronóstico. El buen tiempo de los últimos días ha comenzado a elevar la concentración de polen y a poner en guardia a la población alérgica, apaciguada hasta el momento por la ausencia de precipitaciones, que influye en la floración de las especies más agresivas en la provincia.

Según la doctora Elena María Reina, jefa del servicio de Alergología del Hospital Quirón, el viraje de las temperaturas ha precipitado la irrupción de los primeros cuadros alérgicos de la temporada. En febrero, los tipos polínicos más precoces, como el ciprés, presentaron registros muy altos, lo que tiene continuidad esta semana, con valores, también en otras variedades, definitivamente al alza. Los lectores aerobiológicos de la Universidad de Málaga recogen una subida en lo que respecta a los pinos, los chopos, los álamos y las urticáceas (ortigas, parietarias), a los que se añaden las cupresáceas (que engloban a los cipreses y a los enebros), con niveles todavía elevados.

Se trata, indica la doctora, de concentraciones alejadas, en la mayoría de los casos, de los registros de la primavera, aunque no tanto como para pensar en un año generoso en cuanto a la anticipación de los síntomas. El polen de las especies con más prevalencia en la provincia, gramíneas, fundamentalmente, se mantiene en cifras bajas, si bien empiezan a desvanecerse las expectativas de aletargamiento que se dibujaban en las semanas pasadas. El calor ha alterado los planes, si bien no se descartan nuevas influencias.

Javier Tudela, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, alude al comportamiento de agentes climáticos que determinan la aceleración o reducción de las partículas en el aire. La falta de lluvia inhibe las emanaciones, pero el calor, al igual que el viento, se emplean justamente en dirección contraria. «Todavía puede cambiar mucho el escenario tanto si llueve intensamente como si se dispara otro de los parámetros», razona.

De momento, la recuperación de las temperaturas templadas ha aumentado el riesgo de algunas de las patologías alérgicas. Málaga empieza a acusar los síntomas, que, en muchos casos, se extenderán hasta finales de mayo. Los farmacéuticos están preparados. «Aún es pronto, pero contamos con las vacunas para cuando se acerque la primavera», indica.

De acuerdo con la doctora Reina, el 35 por ciento de los andaluces es sensible a los estragos primaverales de las alergias. En los últimos años, la proporción se ha incrementado y son muchos los estudios a que apuntan a una incidencia capaz de abarcar a la mitad de los españoles en las próximas décadas. En Málaga, la cifra de alérgicos se sitúa en alrededor de las 300.000 personas. De ellas, aproximadamente un tercio padece los efectos del polen.

Los especialistas recuerdan que las vacunas y tratamientos administrados para combatir las alergias son elaborados de manera personalizada, puesto que los componentes de la afección varían en función del paciente.