El ministro de Educación también está dispuesto a corregir las diferencias en materia de educación que el Gobierno ha detectado entre las distintas comunidades autónomas. Son más y más profundas de las que cabía esperar, señaló José Ignacio Wert, que anunció ayer en el Senado que su departamento va a redactar una Carta de Derechos Básicos que garantice que todos los estudiantes españoles accedan a un sistema educativo de calidad, independientemente de la región donde estén escolarizados.

Lo que pretende Wert es que exista un principio de igualdad de oportunidades, respetando las competencias de cada comunidad en un sistema educativo que está descentralizado. Porque, en la comisión de Educación, el ministro repasó ayer los datos sobre gasto por alumno de la enseñanza pública, abandono prematuro, fracaso y excelencia del alumnado. Y la heterogeneidad es demasiado grande, lo que, en palabras de Wert, «podría llegar a representar una quiebra del principio de igualdad de oportunidades».

Por este motivo, la intención del Ministerio de Educación es «reforzar» los mecanismos de cooperación y coordinación, «que son clave para garantizar la mínima homogeneidad requerida en un sistema educativo descentralizado como el español».

En este misma comparecencia, Wert reiteró la idea de convertir el cuarto curso de ESO en un curso que sirva para orientar al alumnado hacia el Bachillerato (que pasaría a ser de tres años) o la Formación Profesional. La educación seguirá siendo obligatoria y gratuita hasta los 16 años, así que los alumnos «no podrán» obtener el título si no realizan ese curso, que, junto a asignaturas comunes, tendrá otras propias de Bachillerato o FP.

Sobre las becas, el ministro volvió a refererise a una «revisión» en relación con los requisitos académicos porque es «indispensable» para comprobar que se conceden a quienes han demostrado capacidad y voluntad de seguir estudiando. También para garantizar que el aprovechamiento que el alumno hace de la beca es equiparable al esfuerzo de la sociedad al financiarla.