El exedil andalucista Pedro Pérez negó ayer en el juicio del caso Malaya haber sido sobornado por Juan Antonio Roca, exasesor de Urbanismo, o por el portavoz de su formación, el huido Carlos Fernández. «Si me insinúa que hay dinero fuera de mi nómina, lo hubiera denunciado y me hubiera ido a mi casa», precisó a preguntas del fiscal.

Pérez recordó que ni siquiera Roca admitió haberle pagado, lo que es una magnífica tabla de salvación para este exjugador de baloncesto conocido como Chotis. El exasesor dijo en noviembre que había untado a los tres grupos del equipo de gobierno, pero que le daba el dinero a los portavoces: Marisol Yagüe por el GIL, Isabel García Marcos por el PSOE y el huido Carlos Fernández por el PA. Eso sí, no pudo asegurar que el fugado repartiera su capital con sus subordinados: Pedro Pérez y María José Lanzat.

«Ni Roca ni Fernández me han dado nunca dinero», insistió vehementemente el exedil, representado por el abogado José Manuel Vázquez.

Pérez, que fue secretario provincial del PA, aseveró que la cúpula de su formación, con Antonio Ortega a la cabeza, estaba al tanto de la moción de censura, y que él se sumó porque no le gustaba la imagen que se estaba dando de su pueblo a mediados de 2003 en televisión, época de apogeo de la relación, por ejemplo, entre Isabel Pantoja y el entonces alcalde, Julián Muñoz.

«A mí no me gustaba la imagen que veía en televisión y en los medios de comunicación, de Marbella; no me gustaba. Es mi pueblo. Quería que de Marbella se hablara como se tenía que hablar, una ciudad de prestigio», reflexionó, aunque reconoció que se sumó a la moción también por disciplina de partido. «Me dolía», añadió.

Carlos Fernández fue el que le planteó la moción. «Me comentó que estaba negociando con los ediles del GIL y del PSOE», reseñó, y abundó en las supuestas malas relaciones entre el líder municipal del PA y Jesús Gil: «Ambos se decían perro judío», mientras que Julián Muñoz, por cierto, negaba con la cabeza.

Incluso destacó que de los cinco ediles del PSOE, hubo dos que luego se echaron para atrás. También recordó que la alcaldesa, Marisol Yagüe, echó a Carlos Fernández porque éste estaba utilizando los medios municipales para «prosperar de cara a la campaña y preparar las elecciones», e hizo una encendida defensa de su forma de proceder a la hora de dar licencias, no sólo urbanísticas, en el municipio: «Cuando el informe técnico era favorable, votaba a favor; cuando era desfavorable, en contra», respondió. Su defensa ha sido de las más sólidas.