Nada logra detener la influencia de la crisis en el sector inmobiliario. La provincia de Málaga volvió a experimentar en 2011 un severo descenso del -23% en la venta de viviendas tras un año 2010 en el que los cambios fiscales animaron algo el mercado y lograron cerrar el ejercicio con una leve subida del 0,9%. El pasado año se cerró con sólo 17.377 compraventas, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Fomento, que dejan cada vez más en el recuerdo las más de 40.000 que hubo en el año 2007, cuando la construcción apuraba su momento de esplendor antes de despeñarse por el precipicio.

Los datos de Fomento revelan un descenso del 40% en las operaciones de viviendas nuevas -tan sólo 4.886- y del 13% en el caso de la segunda mano-12.491-. Hay que aclarar que el Ministerio sólo computa como vivienda nueva aquella que tiene menos de dos años de antigüedad desde su finalización, por lo que muchas de la ventas que se contabilizan como de pisos usados pueden ser en realidad primera venta.

En todo caso, el bajo número de viviendas nuevas vendidas en Málaga constatan que cada vez son menos las promociones que se terminan por el parón inmobiliario. De esta forma, la mayor parte de las operaciones salen del considerado como stock. Fomento afirma que en Málaga hay en stock unas 22.000 viviendas nuevas acabadas y sin vender. El sector, por su parte, cree que esta cifra ha podido bajar hasta unas 16.000 tras los datos de 2011.

Pesimismo de los expertos. En España, la venta de viviendas disminuyó un 29,3% el pasado año, tras la «miniburbuja» de 2010 por el efecto llamada ante los cambios fiscales, de forma que se retoma la senda bajista que experimentaban las transacciones desde 2007. En 2011 se realizaron 347.305 operaciones, una tercera parte de las registradas en 2006, en pleno boom inmobiliario.

El Gobierno de Rajoy ha retomado la deducción por compra de vivienda habitual para todo el mundo y con efectos retroactivos desde el 1 de enero de 2011, al tiempo que ha prorrogado temporalmente el IVA superreducido (4%) que grava la adquisición de obra nueva y que se comenzó a aplicar el pasado verano. Pese a ello, las previsiones de los expertos no son buenas.

El presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), José Manuel Galindo, cree el mercado futuro «sigue siendo problemático debido a las restricciones crediticias». Para el economista Julio Gil «todo parece apuntar que 2012 volverá a ser un año malo», aunque «dependerá de los incentivos y del ajuste de precios». Y el jefe de estudios de idealista.com, Fernando Encinar, consideró «obvio pensar que el único resorte que actualmente puede dinamizar de nuevo el mercado inmobiliario es la bajada de los precios».