Los resultados de los análisis clínicos pedidos por los médicos de cabecera de atención primaria dependientes del Hospital Clínico Virgen de la Victoria tardan cada vez menos en llegar a manos de los pacientes gracias a la informatización de los resultados y a la figura de un coordinador que resuelve las dudas a los profesionales que llevan a cabo las extracciones.

Hace cinco años que se implantó esta figura, única en Málaga y en Andalucía, que se ocupa de facilitar toda la información necesaria a quienes solicitan o llevan a cabo los análisis. Desde su creación, Javier Tronchoni se ha ocupado de que todas las pruebas que se llevan a cabo a los enfermos mejoren sustancialmente.

Esto se ha producido, por un lado, gracias a la informatización casi completa de los resultados, que en un 80% de los casos son enviados de manera online al médico de cabecera, y por otra, gracias a que la figura de Tronchoni se ocupa de priorizar las pruebas y reducir los errores gracias a su dedicación exclusiva.

Este puesto surgió tras varias reuniones del personal de laboratorio, que pretendía mejorar la atención a los pacientes y al conocer el contenido del libro de la Junta de Andalucía Procesos Asistencial Integrado en el Laboratorio, que abogaba por una atención más personalizada, decidieron impulsar el proyecto tras reformar el laboratorio del centro hospitalario.

Este lleva a cabo los análisis clínicos de más de veinte centros de salud, entre los que se encuentran numerosos de Málaga, como el de Carranque, Puerto de la Torre, Teatinos, Huelin, El Cónsul o Cruz de Humilladero, entre otros. También se incluyen los del distrito Costa del Sol –Torremolinos y La Carihuela– y del valle del Guadalhorce. Es por esto que cada día llegan entre 800 y 1.000 pruebas.

«Gracias a esto ha mejorado la comunicación con los profesionales de los centros de atención primaria, porque antes muchas veces debían desplazarse o, si había un error, había que repetirlo, ahora no», explica.

El coordinador atiende las dudas de médicos, enfermeros y auxiliares tanto por teléfono como por correo electrónico. Además, ha editado una intranet para explicar, según el tipo de laboratorio y de análisis, las distintas indicaciones, como tipo de aparatología o tubos, temperatura o desplazamiento.

«La web se actualiza continuamente y resuelve dudas e incluye mejoras», apunta. Reconoce que al principio de instaurarse el servicio tenía entre 40 y 50 llamadas al día, «estaba hablando y había otra en espera», cuenta. Ahora, cinco años después, la media de llamadas está en unas cinco, aproximadamente. «El servicio interno ha mejorado mucho, aunque es difícil de cuantificar. Sí se ha notado en que mucha gente ha dejado de preguntar por sus análisis porque ahora están listos antes». Y es que, dado que el coordinador prioriza en función de la gravedad o la urgencia de la prueba, muchas veces el médico, al tener los resultados, es el que avisa al enfermo de que acuda a la consulta. «Le llega una alerta al correo para que sepa que el resultado ya está o que ha salido algo grave». Otras veces, si es un control rutinario, el profesional le da la cita sabiendo que cuando acuda ya tendrá los resultados.

Las extracciones se llevan a cabo de 8 hasta las 15 horas y en muchas ocasiones los resultados están en el mismo día. El grupo del laboratorio se reúne de manera periódica con los directores de los centros de salud y con el coordinador para mejorar la eficiencia.

La mayoría de consultas son las relativas a la nomenclatura –proceso que también ha avanzado ya que ahora se solicitan los análisis vía electrónica, y se evitan los errores o confusiones con la letra–, puesto que muchas de las pruebas consisten en siglas, así como la manera de llevar a cabo la prueba, el tipo de tubo y el mantenimiento del mismo, es decir, si precisa de frío o no.

«Muchas veces actúo de filtro, porque no lo sé todo, así que cuando tengo la información, aviso a quien me ha formulado la consulta», explica. El también enfermero asegura que su figura ha dado tanta seguridad a los profesionales que evidencia que el puesto es importante, puesto que si hubiera varias personas para informar, habría interferencias.

«Así es más personalizado, se crea un vínculo con el resto de los profesionales muy especial, porque mejora la comunicación y la colaboración. Los sanitarios agradecen que sus dudas queden resueltas», añade.