Los agricultores y ganaderos malagueños han despedido en la madrugada de hoy lo que ha sido el invierno más cruento de los últimos años, ya que la sequía y las heladas de estos meses han provocado pérdidas en el campo, por el momento, de más de 25 millones de euros, lo que supone cerca de un 4% de la producción agraria final de la provincia. Lo peor es que estas cifras pueden ir a más, pues nadie sabe si la incierta primavera que ahora se inicia dejará el agua suficiente para revertir la situación. El sector ya emplaza a las administraciones a sacar un decreto de sequía, aunque desde el punto de vista meteorológico aún sea prematuro hablar de este fenómeno, por cuando hacen falta varias estaciones consecutivas con lluvias bajas para constatar la existencia de un periodo seco.

De momento, y según ya publicó este periódico la semana pasada, Málaga ha vivido este año el tercer invierno más seco de los últimos 69 años.

El técnico del colectivo agrario Asaja Málaga Luis Méndez recordó que la ausencia de precipitaciones continuas a partir de octubre ha provocado una bajada del 50% en las 38.000 hectáreas de cultivos de cereales (trigo, avena y cebada principalmente), con pérdidas de 10 millones de euros concentradas sobre todo en la comarca norte de Antequera. En esta zona, precisamente, ha llovido hasta un 60% menos de lo habitual durante este invierno. La otra gran afectada por la sequía es la ganadería, donde los productores han tenido que suplir la ausencia de pastos con la compra de forraje, con una inversión restada a beneficios de 8 millones de euros.

«Además, el ganado que se alimenta de pienso y no de hiberna fresca tiene un peor rendimiento en cuanto a carne y leche, con lo que los ganaderos se enfrentan a una situación desesperada: gastan más para producir menos.

La falta de agua también tiene efectos poco cuantificables económicamente pero que se dejarán percibir en los próximos meses de persistir esta situación, caso del estrés que sufren árboles como el olivar y la vid, por la falta de agua.

El frío, malo para el subtropical. A estos estragos se unen en este fatídico invierno los daños que dejaron las semanas de frío siberiano que afectaron en febrero a toda la península, y que en algunas comarcas de Málaga colocaron el termómetro por debajo de los cero grados. Los subtropicales de la Axarquía y otros enclaves de la provincia, con productos tan rentables como el aguacate o el mango, han sido los peor parados.

En el caso del aguacate, se estima que han sido unas 2.000 toneladas las afectadas, con unas pérdidas económicas de 3,3 millones de euros. El frío ha quemado los aguacates, defoliado los brotes y tirado el fruto, lo que ha dejado parte de la producción inservible para la exportación, que es lo que deja más ganancias. Esos aguacates tendrán que ser utilizados para guacamole u otros usos. En lo referente a los mangos, aún en plena floración, el daño tendrá que ser evaluado en las próximas semanas. Tampoco es baladí el estropicio en los cultivos hortícolas de la Vega de Antequera como la patata temprana o la alcachofa. En el primer caso, han sido 180 hectáreas y 5.000 kilos los que se han perdido, con un coste económico de 1,5 millones. En alcachofas, ya con toda la cosecha recogida, se contabilizan 3.500 toneladas dañadas, con pérdidas por otros 2,1 millones.

La esperanza de los agricultores es que la primavera traiga las lluvias que ha negado el invierno y limite los daños a las cifras ya conocidas. De otro modo, las pérdidas en el cereal podrían elevarse hasta el 70% de la producción y empezarían a peligrar otras plantaciones como el tomate, el pimiento, la uva o las hortícolas de verano.

La Mesa de la Sequía, hoy. Precisamente, el Ministerio ha convocado hoy en Madrid la Mesa de la Sequía para analizar las repercusiones y las posibles medidas de apoyo a las afectados. En la Mesa participarán cooperativas, las organizaciones Asaja, COAG y UPA y los regantes de la Federación Fenacore.

Asaja afirmó ayer que solicitará una batería de medidas para evitar que el efecto combinado de los bajos precios en origen y de los daños de las heladas y la sequía provoque el cierre de más explotaciones agropecuarias en Andalucía, que ha perdido más de 25.000 en los últimos cuatro años. Además de reclamar la aprobación urgente de un decreto de heladas y otro de sequía, el presidente de Asaja-Andalucía, Ricardo Serra, ha remitido a todos los ayuntamientos una carta instándoles a aprobar en sus plenos la declaración de zona catastrófica.

Sin embargo, el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, declaró ayer en Málaga que activar ya el decreto de sequía sería «arriesgado y atrevido», aunque se hayan tomado medidas al respecto como limitar las autorizaciones de las quemas agrícolas. El consejero espera que la primavera traiga lluvias necesarias para la calidad ambiental o evitar incendios, entre otras cosas, a pesar de tener los embalses bastante llenos.

España y Portugal piden ayuda a la UE. España y Portugal pedirán hoy a la UE que estudie posibles líneas de ayuda en favor de los agricultores y ganaderos para paliar el impacto de la sequía que afecta al país. El asunto se tratará en un consejo de ministros de Agricultura a solicitud de estos dos países, que ya pidieron en su reunión del 9 de marzo una respuesta comunitaria a la sequía.

En un documento conjunto, ambos llaman la atención sobre la «sequía generalizada» en sus territorios desde el pasado octubre, que en el caso de España ha sufrido una reducción de las lluvias de un 43% con respecto a la media de ese periodo. «Es posible que la grave sequía continúe», señala el texto, que advierte de que la falta de agua afectará a las cosechas de cereales, «lo que agravará la escasez de pienso para los animales, y por tanto aumentará aún más los costes de producción».

Por ello, los dos países piden al resto de socios europeos que «inicien el debate sobre las medidas que se podrían aplicar», entre las que incluyen el uso de los pagos directos agrícolas, la autorización de medidas para compensar los altos costes, y la derogación de las primas ligadas a la producción de animales. También plantean la posibilidad de recurrir a los fondos de desarrollo rural para financiar esas ayudas. El documento alerta de que en España la sequía está afectando ya a la almendra.

Fuentes comunitarias explicaron que las ayudas permitirían aliviar los problemas de liquidez de los ganaderos en España debido a que la falta de agua hace que su animales se vean privados de pastos donde alimentarse.