El pleno de diciembre de 2011 dio un importante respaldo a los vecinos del corralón de las Dos Puertas, en la calle Curadero, edificado en 1900, que han padecido, según un informe de la oficina del Defensor del Ciudadano –publicado en forma de libro en 2008–uno de los casos más claros de acoso inmobiliario en Málaga.

Todos los grupos municipales votaron, a propuesta de IU, incluir el edificio en el catálogo de edificios protegidos y su protección cautelar, echando por tierra los planes de la Junta de demolerlo y construir 23 viviendas, pues alegaba que estaba declarado en estado de ruina.

La Junta de Andalucía fue la encargada de expropiar por 563.000 euros al anterior propietario, la empresa Los Nogales, este edificio que fue adquirido por la empresa en 2001 por unos 30.000 euros.

Ayer, en el Colegio de Abogados, una decena de vecinos del corralón fueron informados por sus letrados del turno de oficio de la marcha de la demanda interpuesta por los inquilinos contra la empresa Los Nogales y el anterior propietario, en la que entre otras cuestiones piden daños y perjuicios «por los evidentes perjuicios que se han ocasionado a los vecinos al tenerlos viviendo en unas precarias condiciones hasta conseguir que se decretara judicialmente la ruina del edificio», señala Vicente Muñoz Mundina, uno de los abogados.

Precisamente, al año de comprar el corralón, en 2002, la empresa pidió la declaración de ruina, que fue denegada por Urbanismo pero ratificada en un contencioso-administrativo en 2005, además de presentar, a continuación, una demanda de desahucio de la que desistió el pasado enero.

Sin embargo, los abogados informaron a los vecinos de que el juzgado de primera instancia de Málaga número 7 ha estimado que el anterior propietario deberá hacerse cargo de las costas por la petición de desahucio, y sigue adelante con la demanda de los vecinos. «Es una buena noticia», resumió Vicente Muñoz Mundina, quien precisó que la declaración que tiene el edificio es de ruina económica,una situación que el propio concejal de Urbanismo, Diego Maldonado, señaló a La Opinión en enero que permitía que se pudiera rehabilitar sin problemas.

En la reunión también se acordó que los inquilinos enviarán un escrito sellado a la Junta y al Ayuntamiento, para dejar claro que quieren seguir pagando el alquiler (no lo pagan desde junio de 2011, cuando se produjo la expropiación).

Entre los asistentes a la reunión se encontraba la vecina más antigua del corralón, Encarna González, que nació allí hace 76 años. «Si no lo hubieran dejado... el corralón no estaba tan mal para declararlo en ruina». Encarna recuerda el día en que, como es tradición en el corralón, se puso a blanquearlo. «El nuevo propietario llegó un día y me dijo que me dejara de blanquear» y recuerda también cuando esa misma persona le dio dos días para desalojar su casa. Por todo ello, la inquilina más antigua pide un deseo: «Ojalá pueda vivir ahí toda la vida».

43 años lleva de inquilino José Luis Fernández, de 79 años, que se muestra más pesimista sobre el futuro del inmueble: «La situación la veo muy negra porque no hay dinero. Si hubiera billetes no habríamos tenido tantos problemas y se habría arreglado el corralón».

Josefa Martín, de 71 años, lleva tres décadas en el inmueble, uno de los seis corralones originales que quedan en pie en Málaga. A Josefa le gustaría que el corralón «lo arreglaran y lo pusieran en condiciones».

De opinión parecida es Jorge Ríos, inquilino desde hace 14 años. «Por lo que han dicho los abogados, se ha dado un paso muy bueno. El corralón está bien y no se debe tirar, es el único de este tipo que queda y lo que hay es que arreglarlo».

El concejal de Urbanismo, Diego Maldonado, reiteró ayer el apoyo «sin ninguna duda» del Ayuntamiento a los vecinos. «Estamos estudiando ya la protección del corralón y a la Junta le compete ejecutar el proyecto», subrayó.