Año y medio después de la última huelga general contra la política reformista de Zapatero impuesta por la UE y los mercados, los sindicatos vuelven hoy, 29 de marzo, a intentar paralizar el país para mostrar su rechazo a la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Los sindicatos se juegan mucho en el envite, ya que han recurrido a su arma más potente, la huelga general, poco más de 100 días después de que el PP sacara mayoría absoluta en las urnas. Un seguimiento tibio de la convocatoria por parte de la ciudadanía pondría en entredicho su posición y equivaldría a un respaldo implícito de la reforma.

El Ejecutivo, por su parte, ya ha dicho en reiteradas ocasiones que la huelga, triunfe o no, no le hará dar marcha atrás en sus medidas. El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, aseguraron ayer que el Gobierno no modificará «un ápice» de la reforma laboral, considerada imprescindible para reducir a medio plazo la elevada tasa de paro que sufre España en comparación con el resto de Europa. «La disyuntiva no es una huelga general más o menos seguida, la disyuntiva es salir de la crisis o no salir de la crisis, eso es lo que está en juego», dijo Montoro.

Siete huelgas generales se han celebrado hasta ahora en Democracia –la de hoy es la octava–, y las más recordadas son las de diciembre de 1988 contra el plan de empleo juvenil de Felipe González, que fue retirado, y la del 20 de junio de 2002, que obligó a José María Aznar a suprimir poco después su famoso de «decretazo», que pretendía flexibilizar la entrada y salida al mercado de trabajo.

Los motivos de los sindicatos. Las centrales CCOO y UGT de forma unitaria –CGT, CNT y USO convocan por separado– justifican la huelga de hoy en el hecho de que el Gobierno ha renunciado al diálogo y ha impuesto una reforma que rompe con el marco de relaciones laborales vigente en los últimos 30 años, abaratando el despido y flexibilizando al máximo los motivos por los que las empresas pueden despedir a los trabajadores de forma procedente con sólo 20 días por años trabajado.

Además se critica que los ERE ya no necesiten autorización administrativa y que se debilite la negociación colectiva, primando los convenios de empresa.

También denuncian que el propio Rajoy ha reconocido que el paro subirá en unas 630.000 personas este año en España, a pesar de la reforma. Todo ello cuando el país presenta cifras récord de desempleo, con 4.712.098 desempleados a finales del pasado mes de febrero (207.355 en Málaga).

En la provincia están llamados a la huelga general los casi 360.000 trabajadores por cuenta ajena dados de alta en la Seguridad Social, según los últimos datos de Empleo. Durante los últimas semanas, los sindicatos se han quejado de las amenazas que vienen sufriendo muchos trabajadores por parte de sus empresas para que no secunden la convocatoria, amenazándoles incluso con el despido. CCOO y UGT de Andalucía han presentado ante la Fiscalía una denuncia contra más de 200 empresas que supuestamente podrían estar coaccionando a sus trabajadores.

Por su parte, la patronal se queja de la acción de los piquetes informativos, que en jornadas de huelga general se distribuyen estratégicamente por los centros neurálgicos de trabajo y por las redes de transporte para entorpecer la actividad e impedir que las personas que quieran acudir a sus puestos de trabajo puedan hacerlo. Los empresarios no creen que este 29-M tenga el seguimiento de huelgas emblemáticas como las de 1988 o 2002 –que estuvo entre el 70% y el 80% de los trabajadores– pero sí temen la acción de los piquetes. El presidente de la patronal Cepyme, Jesús Terciado, teme que su actuación sea «más coactiva que informativa», especialmente en el sector del transporte. CCOO y UGT, sin embargo, defienden su papel.

«Los piquetes son absolutamente necesarios para contrarrestar la presión y amenazas de despido a la que están siendo sometidos los empleados por parte de las empresas. Es necesario que los trabajadores tengan la información necesaria y el apoyo de los sindicatos para que no se vean inmersos en esta dinámica de extorsión», sostienen. La polémica, recurrente en todas las huelgas, volverá a darse hoy.

Diputados en huelga. La convocatoria tiene en Málaga el respaldo político del PSOE y de IU. Los concejales y diputados socialistas en el Ayuntamiento de Málaga y en la Diputación registraron ayer sendos escritos solicitando que con motivo de la huelga se les descuente de la próxima nómina la cantidad equivalente a un día según la retribución mensual. A esta iniciativa se ha sumado también el personal eventual de ambos grupos.

A nivel nacional, los diputados de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Amaiur, ERC, BNG, Nueva Canarias y Compromís, así como una del PSOE –en total 26–, secundarán, en principio, la huelga general y no acudirán al Congreso, y, además, la mayoría, integrará piquetes informativos.

Como anécdota, decir que en Málaga uno de los primeros efectos de la huelga será la falta de pescado fresco. CCOO dijo ayer de que la flota pesquera secundó la huelga y no salió a faenar, con lo que hoy quedarán desabastecidos los mercados y las pescaderías, que tendrán que tirar de lo que guarden en cámaras frigoríficas.

La manifestación de Málaga, a las 12.00. Los sindicatos CCOO y UGT han convocado hoy una manifestación con motivo de la huelga general bajo lema «Quieren acabar con todo, con los derechos laborales y sociales». La manifestación arrancará a las 12.00 horas de la esquina de Muelle Heredia con la Alameda de Colón. La marcha continuará por la Alameda de Colón, el lateral derecho de la Alameda Principal y la Plaza de la Marina. Allí, girará para continuar por el lateral izquierdo de la Alameda Principal para finalizar junto al edificio de Correos. En el resto de España, estos sindicatos han organizado 111 manifestaciones que recorrerán las calles de otras tantas localidades.