Casi 4.000 medicamentos han bajado su precio desde ayer domingo 1 de abril en la farmacias de la provincia. Se trata de la aplicación de una nueva orden del Gobierno, en esta ocasión una decisión del anterior Ejecutivo socialista, cuyo fin es reducir el gasto público en fármacos.

La resolución del 28 de diciembre de 2011 y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 30 de ese mismo mes, comenzó a aplicarse ayer 1 de abril, y recoge una actualización de precios de 3.872 medicamentos, entre los que se incluyen genéricos y fármacos de marca.

La diferencia de precios llega en el caso de los medicamentos más caros –por ejemplo los recetados para trastornos mentales como la esquizofrenia– y de menor utilización a los 60 euros. En otros más económicos y de uso más frecuente, como la amoxicilina –un antibiótico– o el omeprazol –un protector de estómago– el paciente se ahorrará tan solo unos céntimos.

Además del notable trabajo que para las boticas supone la actualización de precios, la merma en las arcas del sector será más que significativa. El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Javier Tudela, muestra su disconformidad con esta medida, que aunque beneficia al bolsillo del paciente y del cliente, sin embargo castiga a un sector que, asegura, se encuentra al límite. «Es la cuarta vez en menos de dos años que se produce una drástica bajada de precios, que beneficia al paciente, pero que afecta al sector de la farmacia, a los laboratorios y a los distribuidores», comenta.

En términos económicos. Aunque no se han realizado aún estudios o cálculos rigurosos del ahorro que supondrá esta medida para las arcas públicas o de las pérdidas para el sector farmacéutico, Tudela comenta que a grandes líneas podrían dejar de facturarse dos millones de euros al mes. «En Málaga la facturación mensual es de 27 millones y esta bajada podrían suponer dos o incluso tres millones menos», dice.

Tudela lanza un mensaje claro: «las farmacias no tiran y esto puede provocar que en mayo comiencen despidos». El representante del sector indica además que hay que tener en cuenta que el gasto sanitario en medicamentos sólo representa el18%, es decir, «que el 82% restante no es relativo a fármacos». Por ello, para Tudela es vital convocar una mesa nacional y que se consensúen las medidas necesarias y que éstas sean además a nivel español al completo, ya que las acciones territoriales, a su juicio, generan desequilibrios y discriminaciones territoriales.

Tudela recuerda que hay medicamentos que se comercializan ya a menos de un euro, mientras que la fabricación de esa presentación cuesta más. «4.000 nuevas referencias con un precio más bajo pueden suponer un 10% de nueva bajada en la facturación», dice.

Situación de partida. Y es que el año 2011 ha sido especialmente duro para un sector que va cayendo en picado desde que se iniciara la crisis. La receta por principio activo (genéricos) ha supuesto un auténtico freno al negocio, a lo que hay que sumar la reducción en la facturación de las recetas del sistema público y el abultado descenso de ventas de medicamentos sin receta y resto de productos de parafarmacia.

Ahora a esta nueva bajada de los precios de los fármacos a nivel nacional se suma el real decreto de subasta de medicamentos (regional) –adjudicada una primera fase a cuatro laboratorios– y los retrasos producidos en los pagos del SAS en los pasados meses de noviembre y diciembre ante lo que los farmacéuticos tuvieron que pedir un crédito. El caso es que en el último año se han perdido más de 400 puestos de trabajo en el sector.

En 2011 las oficinas de farmacia de la provincia han bajado en un 11% su facturación en lo que a recetas del sistema público se refiere, y nada menos que un 25% en la venta libre, es decir, medicamentos sin receta y el resto de productos de parafarmacia. En 2010 los descensos fueron del 5,5% y del 12% en ambos segmentos (medicamentos con receta y parafarmacia, respectivamente) y en 2009 el descenso a su vez fue del 1% y del 5%. Tudela incide en la devaluación que han sufrido los medicamentos: una caja de 20 comprimidos de ibuprofeno ha pasado en seis años de valer cinco euros a 60 céntimos.