La asociación Arrabal-Aid, consagrada al desarrollo y la formación de la población económicamente deprimida y en riesgo de exclusión, pondrá en marcha un centro de emprendedores en el barrio de la Trinidad. El colectivo, que presentó ayer en el CAC Málaga su plan estratégico para este año, tiene previsto que la infraestractura, para la que el Ayuntamiento ya ha cedido una parcela, funcione como una incubadora de proyectos para la zona, con especial dedicación a ideas capaces de generar empleo en áreas de implicación social; cuidado de mayores, medio ambiente o transporte limpio.

Según el presidente de Arrabal-Aid, José Antonio Naveros, se trata de una propuesta que funciona con éxito en otras ciudades como Madrid, Barcelona y Bilbao. La construcción, no obstante, tendrá que esperar a que se recomponga el edificio facilitado por el Consistorio. El proyecto pretende obtener financiación europea.

El centro de emprendedores se integra en la planificación del colectivo para los próximos meses, que insistirá en programas de intervención en La Trinidad, donde ya sugirió la posibilidad de acoplar en una ruta turística el patrimonio arquitectónico de los corralones. En total, Arrabal-Aid tiene planificadas 30 iniciativas repartidas en 13 planes para el ejercicio 2012-2013, en el que también incidirán en la innovación y en la alfabetización digital, que estará presente en todos sus programas formativos.

«El 60 por ciento del contenido de los cursos, cualquiera que sea su materia, se hace a través de las nuevas tecnologías» indicó. Naveros, en este sentido, abundó en la necesidad de romper con la brecha informática. La asociación Arrabal-Aid, precisó, apuesta por programas que puedan erigirse en herramientas para evitar la marginación y mantener la autonomía económica. Algo cada vez más difícil en tiempos de crisis: «Nos estamos encontrado con muchas personas que han tenido siempre una vida normalizada y ahora se ven en peligro por la situación de crisis», puntualiza.

De acuerdo con Naveros, el perfil de las personas en riesgo de exclusión se ha ampliado hasta acoger a desempleados mayores de 45 años, y, especialmente, mujeres e inmigrantes. Un aumento de la necesidad de apoyo que coincide, no obstante, con una oleada masiva de recortes en los presupuestos públicos, lo que no facilita, precisamente, la financiación de los proyectos.

El responsable de Arrabal-Aid, que estuvo ayer acompañado en la presentación por Manuel Pimentel, exministro de Trabajo, aseveró, en este sentido, que un recorte en las políticas sociales sería «trágico». Además, señaló lo que considera un error en el enfoque de las administraciones, que en los últimos años, en su opinión, se han deslizado por estrategias «desfasadas», más cercanas a la beneficencia que a «la inversión social». «Lo que se requieren son medidas a medio plazo que proporcionen a las personas el modo y la formación para ser autosuficientes», recalcó.