Pedro Román, expresidente de la asociación y actual director de la Agrupación Musical del Cortijo de la Duquesa, cree que han actuado para casi todas las ONG de Málaga, por su carácter siempre gratuito, una actividad que no deja de multiplicarse y que ha llevado a la agrupación a tocar en todos los escenarios, desde el Teatro Alameda, al Cervantes, pasando por el antiguo Conservatorio María Cristina, para Pedro Román, «el mejor teatro de Málaga» por sus condiciones para cantar. «Es una caja de música», describe. En la Agrupación se dan cita socios de todo tipo: «Muchos de los hombres son antiguos tunos de la tuna de peritos y hay miembros de la Schola Plectrum o de la coral del Padre Terry» (antiguos alumnos del Colegio del Palo), explica.

Y en ese altruismo que les caracteriza, sólo hubo una vez, recuerda Ignacio Muñoz, en la que alguien quiso pagarles con una importante cantidad, 200.000 pesetas. «Al momento se empleó toda la cantidad en comprar colchones ortopédicos para el asilo de los Ángeles», destaca.

Pero la querencia musical de la asociación cultural no termina aquí, porque como destaca Raquel Seoane, fue en la sede de Duquesa de Parcent donde nació en 2007 la agrupación Trovadores sin Fronteras, que ofrece actuaciones de forma altruista a niños con cáncer. Y es que algunos de ellos también forman parte de la sociedad cultural, que conserva un cuadro, copia del que Trovadores sin Fronteras tiene en la Universidad de Salamanca.

Además de esta relación especial con los trovadores, el Cortijo de la Duquesa es hermana, como entidad, de la Cofradía de la Expiración, por la vinculación de otro socio ya desaparecido, Ángel Romero de la Cruz. Por otro lado, la asociación está hermanada desde 2005 con la asociación pro tradiciones culturales La Coracha y también es socia de la asociación cultural Zegrí, cuyo presidente, Salvador Jiménez, es un colaborador habitual y la semana pasada ofreció una conferencia durante la Primavera Cultural.