Manuel Pimentel abandonó la política para centrarse en una intensa actividad empresarial y directamente relacionada con el mundo editorial con la creación de Almuzara y Berenice. Acumula en su haber además una nutrida producción de libros. Uno de ellos es El talento y el último, El decálogo del caminante. Ayer impartió una ponencia en el Palacio Provincial de la Marina dentro del ciclo de conferencias Encuentro sobre Ciencia y Pensamiento organizado por la Diputación Provincial.

Ha venido a hablar de economía y de crisis...

He venido a hablar de la situación económica, pero más que quejarme quiero trasladar qué hacer como país, empresa y persona y una de las cosas es trabajar la actitud, la adaptación y el talento, y como no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta.

¿Cómo se trabaja el talento?

Cada persona tiene una serie de talentos, es importante descubrirlos, pero la parte más importante es la actitud, el desarrollo. Mucha gente se escuda o busca excusa para no desarrollar el talento que tiene dentro. El talento tiene cuatro componentes: actitud, aptitud, las circunstancias que te influyen y el azar; pero para mí la más importante es la actitud, la voluntad de salir. En estos momentos hay muchas personas de grandes capacidades que están quedando arrinconadas porque están derrotadas mentalmente, creen que no van a superar esta crisis y eso no puede ser. Para superar la crisis primero hay que tener un ejercicio mental.

¿Cómo superar esa situación?

Teniendo claro, y aquí tiene que ver mi libro El decálogo del caminante, que hay un camino que tenemos que recorrer con cosas buenas, malas, con etapas duras y, ahora, estamos atravesando una etapa dura, hace frío, hay lobos, es de noche, con tormenta y creemos que nos vamos a morir. Pero claro si te quedas sentado esperando al lobo al final te atrapará, pero si voy andando lentamente y procuro que cada paso que doy sea firme, probablemente llegue a la zona que está un poco más adelante. ¿Cómo? Teniendo voluntad y entendiendo que en las etapas difíciles de la vida es dónde más se aprende y dónde más se puede cambiar e iniciar nuevas rutas.

¿Las medidas del Gobierno son las acertadas?

El Gobierno está haciendo cosas, que era muy importante. No te puedes quedar en este momento sin hacer nada. Además, está haciendo cosas valientes, y también está actuando con una libertad condicional, en el sentido de que tiene unos compromisos de déficit que cumplir porque si no nos cortan la financiación y esto hace que, le guste o no, no tenga más remedio que recortar. El recorte siempre levanta quejas, es duro y deprime la economía. El Gobierno está avanzando en un camino razonable.

¿Incluso los recortes sociales, en educación o sanidad?

Al Gobierno es evidente que eso no le gusta hacerlo, pero nosotros tenemos una realidad y el nivel de gasto no podemos mantenerlo. Ya se han subido impuestos y ahora no se están recortando gastos sino que se están subiendo los ingresos: co-pago, matrículas más altas. Aquí al final hay un debate mucho más amplio y es que vamos a poder tener nivel de prestaciones públicas que podamos financiar. A mi no me gustaría que hubiera más recortes, yo quiero un sistema sanitario potente, pero no nos engañemos, o ingresamos más dinero o seguiremos disminuyendo prestaciones públicas gobierne quien gobierne. No es un problema de voluntad política, es que no hay dinero. Se ha decidido no despedir funcionarios, no tocar las pensiones y al final hay que tocar por otro lado. Y más que recortar en sanidad o educación se ha optado por aumentar los ingresos con el copago o el aumento de matriculación. El pasado no va a volver, tenemos que producir en casa y vender fuera y no esperar a que el Estado haga mucha obra. Y esa mentalidad no está extendida en España y en Andalucía.