En la sede provincial de Izquierda Unida, al lado de una generosa maceta y de las escaleras que conducen al portal, se alza una vista en blanco y negro de Casares. En el partido, al igual que en el pueblo, no hace falta explicar quién es Juan Sánchez; si durante décadas Casares ha sido un estandarte para Izquierda Unida–allí también nació Blas Infante, referente del andalucismo–, el político ha representado su mayor filón electoral. Él fue quien en 1979 consiguió la primera victoria en las elecciones y también el que más tiempo ha permanecido en el poder en la historia reciente del municipio; un total de 25 años, todo el periodo de reinicio de la democracia, con la excepción de los años de Antonia Morera–a la que cedió el cargo en 2009–y del lustro de gobierno del GIL.

En aquella época, precisamente, Sánchez aprendió a valorar el trabajo de oposición; no es de extrañar, la mayor parte de su vida, desde que se afiliara al PC, en 1975, ha dirigido el Ayuntamiento. La primera vez que juró el cargo tenía apenas 22 años, menos de los que ha pasado en el despacho de la alcaldía, a la que renunció «para dejar sitio a los más jóvenes». Para entonces, ya era bastante conocido en la Costa del Sol, después de su etapa al frente de la Mancomunidad de Municipios. De él, la actual alcaldesa, dice haber aprendido su honestidad y capacidad de trabajo. Ahora, justo cuando había saltado a la segunda fila, se enfrenta al peor momento de su carrera.