La batida municipal sobre las terrazas de los establecimientos que no cumplen la ordenanza dejó ayer el Centro para extenderse al barrio de Teatinos, aunque las actuaciones fueron finalmente menos de la docena previstas. Si el plan inicial era desmantelar las mesas en la calle Franz Kafka y la avenida Plutarco, los operarios apenas actuaron en la primera vía y su adyacente Pirandello.

El primer establecimiento que perdió su mobiliario externo fue Bloom Café, sillones incluidos, ante su inconforme propietario, que basó su argumento en que a las 00.00 horas de la noche anterior le abrieron un acta por no tener los papeles en regla al estar en trámites de cambio de titularidad. «Me dijeron que no me preocupara, que intentara arreglarlos lo antes posible, pero nada de que me iban a desmontar la terraza», dijo el empresario mientras se llevaban el último taburete.

Las mismas caras largas pero más tensión se vivió en calle Franz Kafka. Ante la atónita mirada de un montón de vecinos que disfrutaban de sus niños en el parque infantil, los empleados de la tapería Templo y su vecino La Encina llamaban a sus jefes, que apenas llegaron cuando los camiones de la mudanza ultimaban los pestillos para llevar el material al depósito municipal. La Policía Local evitó males mayores entre un empresario nervioso y un inspector no menos desafiante.

La actuación de ayer es la tercera en menos de una semana. La primera, el pasado viernes, afectó a los restaurantes Trillo, Lepanto y Volapié (en dos locales diferentes) y la coctelería Astral, todos estos establecimientos ubicados en el Centro; la misma zona en la que el pasado lunes les tocó el turno al restaurante Cantarrana y la Reserva del Pastor, ambos en la calle Sánchez Pastor.