La Unión de Consumidores de Málaga (UCE) ha recibido ya varias reclamaciones por slamming eléctrico, una nueva práctica fraudulenta consistente en la captación irregular de clientes por vía telefónica o con la visita de un agente comercial de las compañías eléctricas.

Según la UCE, son habituales los engaños a mayores, a los que ocultan que la intención es una portabilidad a otra empresa y a los que ofertan falsas promociones, como descuentos por ser jubilados. Tal y como ocurriera con la liberalización de las telecomunicaciones, se detectan «cambios anómalos de suministradores eléctricos a usuarios que, tras recibir una oferta comercial de otra compañía, han terminado siendo sus clientes sin haberlo solicitado o aceptado de forma oficial».

Una firma que sale cara

La práctica más habitual se realiza mediante la solicitud de una factura de la compañía habitual para «gestionar una estimación del ahorro» de la que disfrutaría el cliente si finalmente se cambia de suministrador, o, incluso, la petición de una firma para «justificar la visita realizada», pero que sin embargo serán usados para cambios no autorizados.

La UCE solicita un mayor control administrativo mediante sanciones directas a las suministradoras que lleven a cabo estas captaciones irregulares «sin que puedan eludir su responsabilidad al argumentar, como ocurre en la mayoría de los casos, que son empresas subcontratadas las que llevan a estas captaciones».