La competencia con otros destinos andaluces es cada vez mayor. Pero aún posee Málaga un liderazgo muy destacado en aspectos como el número de pernoctaciones anuales, con 16,5 millones, frente al total de las generadas en las costas andaluzas. Y es que con poca inversión municipal y en muchos casos nula gestión en materia de certificaciones para las playas, la costa malagueña aún está al frente del turismo de sol y playa.

Los primeros estudios subrayan que este verano acudirán hasta la Costa del Sol cerca de 2 millones de viajeros y poder disfrutar de las playas será su primera motivación, así como un elemento clave para su fidelización a través de los años. De la impresión que se lleven del estado del litoral dependerá en un gran número de casos este último aspecto, el de volver a repetir a un mismo destino. De ahí de la importancia de los distintivos que ayer recibieron las playas de El Palo, Pedregalejo, Misericordia y El Dedo, en la capital, Burriana y La Torrecilla, en Nerja, Benajarafe y Torre del Mar, en Vélez Málaga, y Algarrobo-Mezquitilla.

Quienes acudan a estas playas tendrán garantizados los servicios de accesibilidad, vigilancia o limpieza de la arena. Y, paradójicamente, en una comunidad autónoma como la andaluza, la que más banderas «Q» lucirá de España, con 58, serán nueve certificaciones malagueñas frente a 26 que para esta temporada reunirá la provincia de Almería o 15, en Cádiz. En esta última provincia, además, también dispondrán de 22 banderas azules, frente a las 25 de todo el litoral malagueño.