Los alcaldes malagueños cuyas arcas municipales dejan de ingresar al año hasta un tercio de lo que realmente les corresponde por la cuota de población no empadronada a la que están obligados a prestar servicios quieren, en plena etapa de debate sobre la financiación de las administraciones locales, modificar los parámetros que actualmente se aplican. Aseguran que existen «fórmulas prácticamente exactas» para determinar compensaciones a unos municipios que albergan, en su conjunto, a casi 600.000 residentes no censados.

El debate histórico sobre quienes toman servicios sin aportar su condición de empadronados para que los ayuntamientos alcancen mayores transferencias estatales y económicas toma ahora más dramatismo que nunca. La complicada situación financiera que viven los consistorios más poblados de la provincia reabre la queja de sus responsables públicos y genera la queja colectiva hasta de los dirigentes de la propia Diputación de Málaga. Según fuentes de este organismo, la población real en Málaga supera ya la barrera de los 2,2 millones de habitantes.

Sólo en la capital, unos análisis recientes consideran que 90.000 personas no empadronadas elevarían el listón de habitantes hasta la cifra de 650.000. Es precisamente Francisco Salado, alcalde de Rincón de la Victoria, una de las localidades del cinturón metropolitano de Málaga, el encargado de matizar otro aspecto a tener en cuenta: «Cada ayuntamiento tiene un problema. Nosotros apenas tenemos un siete por ciento de residentes extranjeros, pero sí tenemos, por la proximidad con Málaga, a miles de personas que no están empadronadas y sí que viven en el municipio».

Por su condición de secretario general del PP de Málaga y diputado provincial, Salado considera que el Estado y, sobre todo, las comunidades autónomas, «deben de compensar esos servicios que en verano llegamos a prestar para el triple de nuestra población, tal y como nos ocurre en Rincón de la Victima». Descarta el modelo de declaración de municipio turístico de la Junta, porque «hay términos como Ronda, Antequera o Archidona, que por su valor patrimonial merecen también ayudas extraordinarias en la línea de los municipios con más alojamientos hoteleros y que están situados en el litoral», explica.

«Es el momento de que se fije una competencia, una administración. De que planteemos cambios estructurales y si hay que suprimir, para evitar gastos duplicados, las actuaciones de las mancomunidades, pues habrá que eliminarlas tal y como existen». Salado es partidario, sobre todo en cuanto a la Junta de Andalucía, de que se repartan competencias y se distribuya la liquidez, «en vez de como hasta ahora, repartir fondos a través de subvenciones o de los convenios para cofinanciar las inversiones».

Hasta más del 40% del padrón

Entre los municipios donde existe una mayor cuota de población no nativa se encuentra Torrox. En la actualidad, con un padrón superior a 18.000 habitantes, el porcentaje de residentes foráneos se eleva por encima del 41% –más de 7.000, en su mayoría alemanes–. Y ese parámetro no deja de crecer, porque en los últimos años, el 80% de las nuevas altas del censo local correspondía precisamente a personas no nacidas en España.

Nerja también se mueve en similares parámetros. Y, sin abandonar la Axarquía, Vélez Málaga acoge ya en su padrón municipal a 11.810 extranjeros. La concejala de Turismo, Rocío Ruiz (PP), señala que el número de no empadronados debe ser similar. Y subraya que en breve se emprenderán campañas para favorecer que estén censados: «Una vez abierta la Oficina de Turismo en la Casa Recreo de Torre del Mar, será uno de nuestros primeros objetivos, el potenciar que se empadronen».

En el área metropolitana, figura Alhaurín de la Torre con un 9,3% de sus 37.759 habitantes no nacidos en España y cálculos acerca de que más de 6.000 residentes no están empadronados. Y aún se agrava más este problema en Alhaurín el Grande, que alberga un 26% de residentes foráneos, en su mayoría de origen británico (3.300).

Más ejemplos, pero en el litoral. Estepona considera que el 30% de su padrón no figura en el censo actual de 66.000 habitantes. Benalmádena o Torremolinos también establecen el listón en aproximadamente el 30% de la población total, mientras que en el municipio mijeño restan «aún» 30.000 personas por empadronar.

Las diferencias son mucho menos acusadas en los grandes municipios del interior de la provincia. Ronda, con 36.978 habitantes, fija en unas 3.000 personas la cantidad de residentes no empadronados. Y en Antequera, donde apenas el 4,9% de la población es extranjera, consideran que no es necesaria ninguna campaña, por la mínima presencia de personas no censadas.