La visita del Rey Juan Carlos y una hornada de grandes empresarios a varios países de Iberoamérica ha vuelto a poner de relevancia al que todos considera como segundo gran mercado exterior potencial para las empresas malagueñas tras la UE. Aunque la cifra de exportaciones de la provincia a estos países de habla latina siga siendo discreta –menos de 40 millones de euros a lo largo del año 2011, apenas un 2,7% de los 1.444 millones en ventas exteriores que realizó la provincia en un ejercicio récord– lo cierto es que la presencia de empresas de consultoría, servicios informáticos, oferta turística u obras de construcción e ingeniería civil se ha incrementado de forma notable, según confirman diversos representantes sectoriales.

Dicho en otras palabras: considerar sólo la cifra de exportaciones puede ser algo engañoso pues ésta sólo contabiliza las mercancías que pasan por la aduana y no los servicios que muchas empresas malagueñas. Tanto el presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero, como el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, destacan que la ausencia de barrera idiomática y la semejanza de costumbres hace más sencilla la internacionalización. No obstante, Pérez Casero recuerda que algunos países emergentes latinoamericanos siguen mostrando cierta inseguridad jurídica para los negocios por lo que aconseja a todo los empresarios asesorarse antes en la Cámara. «Hay que conocer bien la realidad que se pisa. No se puede ir a lo loco», comenta.

De hecho, la Cámara de Málaga culmina estos días una de sus numerosas misiones comerciales a la zona, en este caso a Chile y a Perú, con integrantes como la bodega Jorge Ordóñez, Ascensores Embarba, Andalucía Prevención, Ceregumil, Gestomer Ingenierías, Farma-Quimicasur y Componentes de Tráfico Vertical. Pérez Casero destaca también como destinos muy atractivos a Brasil o Panamá, y admite que Málaga aún tiene que impulsar su mentalidad de internacionalización.

Las cifras de exportación reflejan resultados al menos esperanzadores, con datos significativos en México (18,9 millones en 2011) y Brasil, donde Málaga, con sus 7,6 millones, ha elevado sus ventas exteriores un 261%. Empresas como Shiprovisión, iSOFT Sanidad, Óxidos Rojos de Málaga, la editorial Arguval, la conservera Ubago o De Ruy Parfums son algunas de las firmas más relevantes de flujo comercial con Iberoamérica.

González de Lara, por su parte, resalta la familiaridad que encuentra el empresario en Latinoamérica. «Quizá hemos estado muchos años obsesionados con mirar mucho a Europa o incluso a Oriente Medio, y sin embargo Latinoamérica es un mercado que te garantiza casi al 100% el éxito; primero porque no hay barrera idiomática, y segundo porque los hábitos de vida son más o menos similares. Es más fácil abrirse camino allí», comenta.

De la misma opinión es el director general del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), Felipe Romera, que recuerda que la tecnópolis viene estrechando desde hace años sus lazos con los países latinoamericanos.

«El PTA es el parque de referencia para ellos. Tenemos firmados convenios con 20 parques de allí y en estos momentos hay empresas como Ingenia, AT4 Wireless o iSOFT que estan haciendo mucho negocio en esos países. Es un mercado más fácil y más cómodo para nosotros», apunta Romera, que cree que la caída de la actividad interna en España debe hacer apostar a las empresas cada vez más por la internacionalización.

Pero si hay un sector que está sufriendo como nadie la crisis ése es el de la construcción. El presidente del Grupo de Contratistas de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Emilio López Caparrós, asegura que muchas empresas del sector se han lanzado a Latinoamérica en busca de obra pública y actividad residencial aunque admite que no es una apuesta para el corto plazo.

«Tiene que formar parte de una estrategia de empresa y saber que los resultados no van a llegar en el plazo de unos dos o tres años», comenta. Y a pesar de las grandes oportunidades para los constructores, también advierte de la «complejidad» administrativa. Un ejemplo de éxito es la malagueña Ingeconser, que desde hace años construye en Argentina y Brasil varios complejos turísticos y desarrollos residenciales.